La marihuana ya puede comprarse en algunas farmacias de Uruguay. Los consumidores han de registrarse previamente y consumir hasta 40 gramos al mes de un producto de baja concentración de tetrahidrocannabinol (THC), a 1,2 euros el gramo. Unas 5.000 personas se han inscrito ya y los no residentes no tendrán acceso a la compra para evitar conflictos con los países vecinos. Pese a todas las cautelas, la ONU ha condenado solemnemente a Uruguay por su tímido proceso de legalización. El cannabis no es más peligroso para la salud que el alcohol, según la literatura científica. Ni la adicción a este es una patología menos grave que la que produce aquel. Pues bien: según un estudio de la OMS realizado a petición de Noruega, en España se consumen 11,2 litros de alcohol puro por persona y año, el doble de la media mundial, y en Europa 10,9 litros. En España no hay estadísticas del número de alcohólicos, pero según el I Estudio Lundbeck: "Percepción y Conocimiento del Alcoholismo en España", realizado por Madison, Market Research, el 17% de las personas mantienen un consumo de riesgo, y podría calcularse que hay unos tres millones de alcohólicos, dependientes que muy difícilmente saldrán de su adicción sin ayuda.
Ante estas cifras, alguno pensará que quizá se deberían tomar medidas. Pero lo más claro es que habría que acabar con la irritante hipocresía de la comunidad internacional, que tolera unas drogas legales y criminaliza otras, alentando un tráfico mafioso y multimillonario que no hay modo de erradicar.
