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Pilar Garcés

El desliz

Pilar Garcés

Facultad de Medicina, pues claro

Qué bajón escuchar a Podemos oponerse a la futura Facultad de Medicina de Mallorca con una acritud y unos aspavientos dignos de los predicadores de los últimos días que anunciaban plagas y calamidades. Solo les faltó quemar un vademécum y recetar grapas de Kovacs. No me lo esperaba, la verdad, de profesores universitarios, profesionales sanitarios versados y gentes que apuestan por el cambio. Resulta que el cambio consiste en quedarnos como hasta ahora, esto es, sin facultad pública de Medicina, y no en abandonar el grupo calabacero de las dos únicas comunidades autónomas de España que no han encontrado el momento ni el dinero para crear un centro de enseñanza superior porque los han destinado a... ¿qué? Pepote Ballester lo sabe y lo está cantando ante el tribunal de Nóos. Ni él ni sus jefes quisieron nunca ver sus nombres en la placa del vestíbulo de una institución académica puntera, con batas blancas en laboratorios de primer orden. Metros, velódromos, óperas, cementillo en las costas, eso sí; pero cátedras, ni una. Ahora que por fin la Universitat de les Illes Balears se ha comprometido con el proyecto, las asociaciones médicas lo apoyan, cientos de doctores de nuestros hospitales públicos la reclaman y hay un Govern dispuesto a materializarlo llega Pepito Grillo a hacer demagogia con lo más sagrado. Espero que la implantación de unos estudios que necesariamente revertirán en mejorar la calidad de vida de los habitantes del archipiélago no dependa de las decisiones de los círculos, ni de los cuadriculados, ni de la iglesia de la Cienciología, y además no me interesa si este asunto entró o no en el pacto de gobernabilidad. Tampoco hablarían de la sequía, cosa que no obsta para que se tome alguna decisión al respecto sin pasar por otro debate ciudadano. La semana pasada Balears volvía a aparecer en el furgón de cola en número de pediatras por habitante, esto sí que me importa. Que me digan los de Podemos que les da igual si quien atiende a sus hijos ha cursado o no la especialidad.

No queremos educar médicos aunque las islas sufren una carencia endémica de ellos. Con nuestros impuestos financiamos todas esas otras facultades de Medicina de autonomías que no pusieron tantas pegas a los templos del conocimiento y además, en Son Espases, hospital universitario, se forma a especialistas venidos de todas partes que luego se marcharán con viento fresco para reforzar los sistemas sanitarios de sociedades verdaderamente interesadas por la salud. Los médicos del archipiélago llevan años reclamando un enfoque académico para sus carreras, aspiración que les honra, por no mencionar el motor para la investigación y la innovación que supone una facultad de Medicina. Rechazar el conocimiento en una de sus facetas más palpables, en definitiva, me parece lo menos progresista y revolucionario del mundo.

Podemos opuso a la creación de la facultad de Medicina la posibilidad de becar a los isleños que deseen estudiar esta carrera "en las mejores universidades del mundo". Treinta o cuarenta alumnos de Balears volando hacia Harvard gratis total. Ja, ja. Esta gente no ha estudiado con becas como yo, que lo hice porque pude matricularme en mi propia ciudad. Ninguna ayuda cubre la totalidad del dispendio, y son las familias las que soportan la mayor parte, con lo reducir gastos sólo se consigue viviendo en casa. De modo que la Medicina se reservará a los pudientes, y el resto podrán elegir filología, pedagogía, biología, derecho, periodismo? Más o menos como ahora.

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