Son los restos de un naufragio de un capitán de barco que tuvo mala suerte. Una nao embarrancada saluda al visitante cuando se adentra en el interior del Pirates Village, el primer hotel temático de Santa Ponça, que abrirá sus puertas a los turistas próximamente. En el centro de la piscina, se ubica, solemne, una torre de vigilancia-defensa, como las que jalonan la costa mallorquina, donde resisten como testimonios de un tiempo en el que la amenaza venía del exterior. Elevando la mirada, uno se encuentra un poblado fortificado.

Éstos son sólo algunos de los detalles del interior del hotel, que aún no han sido dados a conocer al público y a los que este diario tuvo acceso recientemente. Un público que hasta ahora sólo había tenido la oportunidad de mirar la llamativa fachada -con una gran calavera y mapa del tesoro incluidos- que da hacia una de las avenidas más concurridas de la localidad, la de Jaume I, quien, por cierto, también vino del mar. Como los piratas. La decoración con temas fantásticos no sólo domina la fachada. También la recepción, el buffet, el bar, el salón y la zona de piscinas del Pirates Village, promovido por la compañía Gran Isla Hotels aprovechando la estructura del anterior complejo Gran Santa Ponça, que cuenta con 143 apartamentos.

En la reforma, han trabajado durante meses cerca de 200 personas. Lo más sorprendente es su decoración, que procede de Catalunya, de empresas dedicadas al mundo teatral, televisivo y cinematográfico.

Previsiones de ocupación

Será el 13 de abril cuando los turistas empiecen a descubrir las claves de este hotel temático, el primero que abre en Santa Ponça. Unos días antes se hará un acto para darlo a conocer a los medios y a las autoridades políticas. Christian Roses, promotor del concepto, destaca que se ha adelantado la apertura del establecimiento respecto a los plazos de los apartamentos Gran Santa Ponça y resalta que el objetivo es que, en su tercer año de vida, el Pirates Village esté operativo a mediados de marzo.

Mercado al que se dirige

Tras subrayar que a nivel de ventas el nuevo establecimiento está funcionando muy bien, Roses apunta que el mercado al que se dirigen está compuesto básicamente de familias. De nacionalidad británica y escandinava, sobre todo.

Respecto al peso que tendrá el todo incluido, que es visto siempre con recelo desde el punto de vista de la oferta complementaria, desde la dirección del Pirates Village se apunta la idea de que la intención es "potenciar" que los clientes "salgan del hotel", buscando sinergias con los bares y comercios de la zona.

Para ello, a los turistas se les propondrá un juego interactivo nada más llegar basándose en un audiovisual protagonizado por el capitán de la Rosa y su mascota. Se tratará de una especie de gincana en la que deberán ir siguiendo pistas por Santa Ponça para encontrar el tesoro del capitán.

Junto a la decoración, el carácter temático de la instalación se derivará de las actividades dirigidas a los clientes y que consistirán, por ejemplo, en la simulación dos veces por semana de un ´ataque´ pirata al hotel, en el que participarán los propios turistas encargándose de ´defender´ la instalación.