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Entrevista

"Apoyamos al Govern y no tenemos vocación rupturista, pero sí la de ser exigentes con nuestros socios"

"En Més per Menorca no tenemos ahora sobre la mesa un referéndum de independencia porque no hay una base social suficiente para plantearlo"

"Apoyamos al Govern y no tenemos vocación rupturista, pero sí la de ser exigentes con nuestros socios"

El martes Barceló se salvó por la mínima de ser reprobado en el Parlament por el caso Contratos, un asunto por el que Més per Menorca acabó abandonando el Govern. Su intervención, sin embargo, se centró en atacar al PP.

No compartimos ni el relato que hace de esta crisis el PP ni el del Govern. La crisis no se gestionó de forma correcta. Se adoptaron decisiones de forma precipitada y en esta precipitación nosotros fuimos los que salimos peor parados. Un viernes se nos dijo que sí o sí la consellera Ruth Mateu debía dimitir. No nos sentimos partícipes de aquella decisión y por eso decidimos salir del Govern. Decidirlo así fue una falta de consideración y de poca complicidad con quienes deben gobernar juntos. Mateu fue forzada a dimitir, sin haberse podido explicar la situación previamente, sin informe aún de intervención, cuando el comité de ética aun no lo había analizado... Se hizo todo de forma previa. Se lanzó sobre el partido más débil del Govern del cambio una responsabilidad sin que fuera meditada, compartida. Fue precipitado e injusto.

En su Conselleria hubo fraccionamientos de contratos que se adjudicaron a Garau.

El fraccionamiento de contratos siempre es rechazable, pero lamentablemente es una constante de toda la administración pública. El que detrás de un fraccionamiento esté la presunción de que alguien se ha podido beneficiar, también es una constante. Lo que hay que hacer es poner medidas para resolver eso y si hay una presunción de corrupción, hay que llevarlo inmediatamente a Fiscalía. Pero no solo estos. Todos, también habría que mirar los de la pasada legislatura. Si miramos los informes de intervención de los años del PP, habrá fraccionamientos. ¿Son aceptables? No. ¿Detrás hay una presunta corrupción? No lo sabemos. ¿Hay empresas vinculadas que trabajaron para el PP? Posiblemente algunas sí. ¿De aquí se deriva que hay una corrupción? Quiero decir que hagamos esta reflexión conjunta y no aprovechemos para hacer un ataque político desmesurado.

¿Como son ahora las relaciones entre Més per Menorca y Més per Mallorca?

Conviene recordar que aquella crisis estaba vinculada a un jefe de campaña, Jaume Garau, que no era el de Més per Menorca. Era el de Més per Mallorca. Dicho esto, nuestras relaciones ahora son las de dos partidos hermanos, que compartimos gran parte de la ideología y el proyecto, pero somos partidos diferentes. Eso cuesta mucho explicarlo sobre todo en Mallorca. Tenemos el mismo nombre porque en un momento dado esa confluencia ideológica hizo pensar que era bueno tener el mismo nombre de Més. Pero más allá de eso, son dos partidos distintos. Tanto es así que los fundadores no son los mismos. Nosotros tenemos a ERC como miembro integrante y promotor de Més per Menorca, lo que no ocurre en Més per Mallorca. Tenemos una parte muy importante de militantes entre comillas independientes. Tenemos muchas coincidencias, pero también muchos matices diferentes. El hecho insularista tiene mucho más peso en nosotros. Uno de nuestros ejes del discurso es el menorquinismo.

¿No han quedado rencillas?

Hemos tenido discrepancias con la gestión de esta crisis, pero nuestra voluntad nunca ha sido de romper, si no la de resolver esas diferencias porque al final nos necesitamos. Para ser fuertes en Balears y frente al Estado, necesitamos sumar. Nuestra vocación no es ser pequeños, es ser influyentes y decisivos.

Después del caso Contratos, llegó el de Pilar Carbonell, que fue al final lo que provocó el martes que Barceló se salvara de la reprobación por un empate de votos. ¿Le hubiera gustado la misma celeridad para destituirla que la que se aplicó a Ruth Mateu?

Creo que se ha decidido cuando se ha considerado que debían adoptarse medidas. No creo que se haya esperado mucho. La destitución de Carbonell demuestra que el partido y Biel Barceló tienen un nivel de exigencia muy elevado. Carbonell está imputada y conviene recordar que partidos como el PP tienen imputados en el Parlament, como Alvaro Gijón que aunque no esté formalmente en el grupo popular sigue ahí.

¿No es un poco excesivo pedirle a Armengol que no haga campaña a favor del PSC en Cataluña?

No es eso lo que decimos. No puedo esconder que nuestra militancia se siente incómoda con que uno de los firmantes de los Acuerdos por el Cambio haya de dar apoyo, indirectamente o por la vía de la complicidad, a la aplicación del 155 en Cataluña, que consideramos antidemocrático y que supone un estado de excepción. De ahí no debe concluirse que vayamos a romper el Pacto. No usaremos esa vía para hacer un favor al PP que ha sido precisamente el culpable. Lo que pedimos es prudencia. Que el Govern y la presidencia del Govern no den a entender su apoyo. A Armengol, como secretaria general del PSIB, no le diré lo que ha de hacer, sólo faltaría. Pero, por ejemplo, el PSOE podría convocar a un encuentro de presidentes de comunidades autónomas en Cataluña y si Armengol fuera nos desagradaría mucho. Otra cosa es que convoque a los secretarios generales del partido. Lo que pedimos es prudencia, que se cuiden las formas.

Consellers de Més han participado en concentraciones contra el 155 en Cataluña.

Sí. Pero a nivel personal. Cada uno puede hacer lo que considere, pero cuidando las formas para que no se vincule al Govern. Las formaciones del Pacto que apoyamos al Govern tenemos posturas diferentes en este tema y hay que ser prudentes precisamente para mantener la cohesión interna.

Armengol ha dejado claro que no está de acuerdo con la aplicación del 155 en Cataluña y se ha desmarcado del PSOE nacional. ¿No le parece suficiente?

Evidentemente me agrada más la postura de Armengol que la de Pedro Sánchez, pero tampoco es nuestra postura. Es muy difícil para un demócrata de izquierdas, y más de un territorio como el nuestro con sus vinculaciones con Cataluña, que se pueda aceptar o entender la aplicación del 155 o la complicidad con eso. Estoy convencido de que si se preguntara a la militancia del PSIB, la mayoría contestaría que no lo ve bien. Pero pesa más la cohesión interna del partido.

Sus relaciones con el resto de los partidos del Pacto son casi de una constante tensión. ¿Durarán hasta el final de legislatura?

Sí.Claro que sí. Es cierto que hay discrepancias y nosotros, no se si para bien o para mal, las explicamos. Cuando no hemos visto algo bien lo decimos. Eso a veces se entiende como una tensión, pero no dejaremos de hacerlo. No creo que eso sea un problema. ¿Que quizá sería más fácil que hubiera más calma para poner más en valor los éxitos del Govern? Somos conscientes de eso y creemos que el Govern está haciendo cosas muy buenas. No renunciamos ni a defender los éxitos ni a decir las discrepancias Pero que nadie dude de que estamos al lado del Govern. No tenemos ninguna vocación rupturista, no queremos facilitar el paso al PP. Pero sí ser exigentes con nuestros socios. Y poder dialogar.

¿Se sienten más liberados fuera del Govern?

Tiene ventajas e inconvenientes. Una de las ventajas, efectivamente, es que tienes más libertad para explicar las discrepancias. Pero también tiene inconvenientes. Salir no fue una decisión fácil. Era la primera vez que una formación como Més per Menorca formaba parte del Govern, con consellers. El reto era importante. Hay una dificultad para que formaciones insularistas, de un ámbito como una isla, estén implicadas en la gestión del Govern, porque nuestros votantes son menorquines y a veces las actuaciones del Govern priorizan a otras islas. Este reto, desde fuera del Govern, es más fácil de gestionar. Como Govern has de asumir todas las posiciones, pero desde fuera las puedes matizar.

¿Ha merecido la pena?

Si. Tenemos dos acuerdos, los Acuerdos por el Cambio que conoce todo el mundo y uno entre Més per Menorca y el Govern, con una serie de puntos que se van cumpliendo y que son buenos para Menorca. Los compromisos se están cumpliendo a buen ritmo y estamos satisfechos.

¿El soberanismo tiene futuro en Menorca?

Nos definimos como partido soberanista. Para nosotros eso quiere decir que Menorca, esté con quien este, ya sea en el contexto de Balears, de los Països Catalans o del Estado español, debe tener capacidad de decidir en los temas la isla. Ese es el elemento vertebral del soberanismo menorquín. Para nosotros el Govern de Menorca es el Consell Insular, algo difícil de entender en Mallorca. Yo no se lo que será Balears, pero convendría que como mínimo comenzáramos a ser una comunidad de intereses compartidos. Desde las islas menores nos da la sensación de que no tenemos los intereses compartidos. Por ejemplo, si las conexiones que ha perdido Menorca las hubiera perdido Mallorca, la revolución hubiera sido impresionante. Menorca ha estado un año sin conexión directa en Madrid y no ha pasado nada. Una comunidad de intereses compartidos significa que mi problema sea tu problema y tu problema sea el mio. Si no, no haremos no ya país, sino Comunidad.

¿Están más cerca de Cataluña que Més per Mallorca?

Menorca es muy sensible con el tema catalán. No es un motivo solo ideológico, sino también de ligaduras con Cataluña. Hay más estudiantes menorquines que van a las universidades de Cataluña que a la UIB. Tenemos vínculos muy fuertes y eso hace que tal vez tengamos una contundencia mayor a la hora de expresarnos a favor del referéndum.

¿Usted se siente más cerca de los Països Catalans o de la Comunidad Autónoma balear?

De Menorca. Menorca en este momento ha de jugar a las dos cosas. Necesitamos la fuerza de Balears unidos para defender nuestros intereses. Pera tampoco debemos perder nuestros referentes culturales y lingüísticos que existen con las otras comunidades de lengua catalana. Ahora formamos parte de la Comunidad Autónoma balear, tenemos muchas cosas que compartimos y deberíamos compartir más los intereses para ser fuertes. Pero no podemos perder nuestros vinculos con el resto.

¿Plantean como Més per Mallorca un referéndum de independencia para 2030?

No es un planteamiento que tengamos sobre la mesa. Para plantear eso el contexto debería ser idóneo y no creemos que ahora sea el momento. Además, en Menorca habría que plantear dos cosas, es decir, con quién quiere formar una unidad más grande, si con Balears o con quién. Claro que queremos más soberanía, más capacidad de decidir desde Menorca. Lo que pasa es que cuando planteas un referéndum así es porque hay una base social suficiente, y no creo que eso ocurra en este momento. No nos daría credibilidad ni fortaleza ni sería un relato que la gente entendería.

¿Conseguirán que haya Policía Autonómica balear?

Creemos que si queremos ganar en autogobierno, el Estado debería cumplir con las competencias de Balears y nosotros desarrollar las que prevé nuestro Estatut. No planteamos hacerlo de un día para otro, sino diseñar el modelo y empezarla a dotar. Tenemos competencias que necesitan de una autoridad para poder ejercerlas. Es el momento de que, poco a poco y conforme lo permitan los recursos, se vaya creando. Al menos hemos conseguido que la Ley incorpore que en un año se presente un modelo de policía autonómica.

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