El turismo de cruceros deja a Balears más de 256 millones de euros al año, de forma directa e indirecta, lo que supone uno de cada cien de la riqueza que se genera en las islas. Además, aporta 5.733 empleos, y una recaudación fiscal de 21,2 millones de euros. Estos datos surgen de los estudios presentados ayer por la Autoridad Portuaria de Balears y en cuya elaboración han participado la Universitat, el Instituto Balear de Estudios Sociales (IBES) y la Cámara de Comercio de Mallorca.

De esos 256,6 millones de euros que entran en las islas, 130,9 millones están vinculados a los cruceristas en tránsito, es decir, aquellos que llegan con el buque y permanecen unas pocas horas en las islas; 56,8 millones a los cruceristas de base, que arriban a Mallorca a través de su aeropuerto para embarcar y que permanecen durante más días en la isla; 29,6 millones al gasto que realizan las tripulaciones; 26,1 millones a las navieras y consignatarios; 5,1 millones a la inversión pública; y 7,9 millones a la actividad que se genera en Son Sant Joan con la llegada de parte de esos pasajeros.

A la hora de valorar este impacto en los puertos, 224 millones recaen sobre el de Palma, el único que tiene la categoría de base, al que le siguen los 25,8 millones del de Eivissa y los 6,5 millones de Maó, con aportaciones mucho más reducidas en el caso de Alcúdia (apenas 125.000 euros) y La Savina.

Un dato sobre el que el presidente de la Autoridad Portuaria, Joan Gual, hizo especial hincapié es que cada crucero que atraca en las islas supone de media un ingreso para su economía de 326.000 euros. En su opinión, se trata de un elemento que debe de hacer reflexionar sobre aquellos que responsabilizan a este tipo de turismo de provocar una saturación de Palma, algo que además rechazó, recordando que estos visitantes no son los que colapsan algunas de las entradas a la ciudad con coches de alquiler.

En la presentación de estos informes también estuvieron presentes la directora de Estudios de la Cámara, Catalina Barceló; el director del IBES, Gonzalo Adán; y el profesor de Economía Aplicada de la UIB, Francesc Sastre.

Según se señaló, la actividad directa de los cruceros genera 128,1 millones de euros, pero esa cifra se duplica si se añade el impacto indirecto e inducido, es decir, el que aportan los que trabajan para este sector, como sería el caso de los proveedores, cifrado en 128,5 millones de euros más.

Entre los sectores que más se benefician del turismo de cruceros se destaca de una forma muy especial al comercio de las zonas que visitan, aunque también se apunta el caso de bares y restaurantes.

En concreto, los cruceristas en tránsito centran un 55% del gasto que realizan en compras, seguido de un 17% que va a parar a los negocios de restauración, un 6% a excursiones y el 22% restante a diferentes conceptos, como alquiler de vehículos, taxis o museos, por citar algunos ejemplos. Este colectivo está formado por alemanes y españoles de forma mayoritaria (suponen un 23% en cada caso) seguidos de británicos e italianos.

En el caso de los que usan Palma como base, el 54% de su gasto se dedica a alojamiento, dado que aprovechan para permanecer en la isla durante unos cuatro días adicionales, mientras que el 19% va a las compras y un 18% a bares y restaurantes. Aquí priman los británicos, que suponen un 57%.

El fuerte aumento de la actividad de cruceros en el archipiélago, especialmente vinculado al crecimiento del tamaño de los buques que llegan a él, ha hecho que los puertos de Balears ocupen el cuarto lugar en el ránking del Mediterráneo en la llegada de cruceristas, solo superados por Barcelona, Civitavecchia y Venecia (los dos últimos de Italia).

El doble en 11 años

En relación a este impulso, se puso de relieve que la llegada de visitantes a través de cruceros está creciendo a un ritmo de un 5,8% de media anual, hasta el punto de duplicarse en un plazo de 11 años. En 2016 se alcanzó la cifra de 1,9 millones de cruceristas en las islas, lo que implica que suponen ya el 13% de los turistas que llegan al archipiélago.

Otro dato aportado es que un 78% de los cruceristas afirma que repetiría su visita a Mallorca, mientras que el 95% apunta que recomendará la isla a sus conocidos.

Joan Gual destacó que los cruceros están ayudando a impulsar la diversificación de la oferta turística de las islas, a lo que se sumó que su llegada no se limita a los meses de verano, ayudando así a prolongar la temporada.