La presidenta Armengol puede presumir de que la sanidad balear va mejor, pero de lo que no hay duda es de que todavía tiene asignaturas pendientes. Una de ellas, garantizar la asistencia integral y gratuita de los niños fisurados de Balears, enfermedad congénita que produce labios leporinos y fisuras palatinas y que otras CC AA sí cubren en su totalidad.

La asociación de fisurados de Balears (Afibal), organización de dos años de antigüedad que tiene a unas 50 familias con esta problemática entre sus asociados, organizó ayer su segundo encuentro anual en el que especialistas sanitarios y educativos ofrecieron una serie de charlas para aclarar dudas en torno a esta malformación.

Pese a que Juli Fuster, director general del IB-Salut, había confirmado su asistencia, finalmente no se dejó ver por las instalaciones de es Burotell, establecimiento elegido para el encuentro. Delegó en José Miguel Quintana, médico estomatólogo de Atención Primaria y coordinador del Plan de Atención Dental Infantil (PADI).

De él Afibal arrancó el compromiso de comenzar a pagar parte de una prótesis palatina que precisan los bebés nacidos con esta malformación para mejorar los resultados de una posterior intervención quirúrgica en el paladar, operación que se suele realizar a los nueve meses de edad.

Rosana García, presidenta de Afibal, reveló que estas prótesis cuestan 2.100 euros y que el Servei de Salut reintegra después 500 como ayuda. Pero no a todas las familias que la solicitan, según tiene documentado. Y, al parecer, ayer Quintana se comprometió a estudiar estos presuntos tratos discriminatorios al tiempo que aseguró que el próximo año habrá partida presupuestaria para abonar unas ayudas que, no hay que olvidarlo, fueron aprobadas en las islas por un catálogo que data del año 2009.

También lamentó la presidenta de Afibal que en esta comunidad, a diferencia de lo que ocurre en otras como Madrid, Valencia, Cataluña o País Vasco, la sanidad pública no pague los logopedas que precisan algunos de estos niños.

Ni los carísimos tratamientos ortodoncistas para ensanchar el paladar previos a una intervención que suele requerir un injerto de hueso. La sanidad balear no es tan bonita como la quieren hacer ver algunos.