El Govern prepara un decreto para regular las condiciones mínimas de funcionamiento de las guarderías, que deberán ser autorizadas y a las que se les hará inspecciones. Se fijarán los requisitos en cuanto a espacios; aforo máximo; perfil profesional del personal; horario o tiempo máximo que puede permanecer un niño en el centro cada día, entre otros aspectos.

La normativa llega para llenar un vacío existente, ya que ahora mismo las guarderías "basta con que cuenten con una licencia de actividad" para funcionar, argumenta la consellera de Servicios Sociales, Fina Santiago: "Si quieres, ahora puedes abrir una guardería en un garaje, hay cero controles".

Este decreto llega casi diez años después de que el anterior Pacte de Progrés ya tratara de establecer unas condiciones mínimas para las escoletes, objetivo que logró a medias. La norma que aprobó la conselleria de Educación en 2008 contó con una fuerte oposición entre las patronales de guarderías: se argumentaba que las condiciones que se les pedían eran demasiado estrictas y difíciles de cumplir y algunas escoletes aseguraban que tendrían que cerrar si se les obligaba a cumplir con todo (mínimos de espacio por cada aula; ratios máximas de niños por grupo; la obligatoriedad de tener un aula polivalente; un nivel formativo determinado para todo el personal...).

En 2010 se creó una doble red

Pimem Guarderías y Escola Catòlica impugnaron la norma y en 2010 el TSJB dictó una sentencia que contentó a todos, fijando dos redes diferenciadas de centros que atienen a niños a partir de cero años: los centros de educación infantil, que sí cumplen una labor educativa y por tanto sí deben cumplir los requisitos fijados por la conselleria de Educación; y los centros meramente asistenciales, las guarderías en su concepción original (de guardar), que como tales quedaban exentos de cumplir las condiciones exigidas en la orden de Educación.

Así, los padres que buscaban sitios donde llevar a sus hijos antes de que les tocara empezar la escolarización encontraban dos opciones: alguno de los 180 CEI (Centros de Educación Infantil) homologados que hay en Balears y las guarderías.

Algunos CEI (tienen una placa distintiva de la conselleria de Educación en la puerta que los acredita como tal) protestaron por el hecho de que mientras ellos eran inspeccionados y tenían que cumplir con todas esas exigencias (lo que se traducía en una matrícula superior que en otros centros), las guarderías no tenían porqué cumplir con esos mínimos exigidos; nadie los inspeccionaba y muchas veces además se anunciaban como centros educativos (incluso anunciando programas bilingües).

Para algunos CEI se trataba de un caso de competencia desleal. Educación no intervenía ya que al no considerarse centros educativos no entraba dentro del ámbito de sus competencias.

Ahora la normativa que prepara Asuntos Sociales se enfoca en centros asistenciales, "de custodia". Los requisitos no serán tan exigentes como los que deben cumplir los CEI, pero sí "habrá unos mínimos", señala Santiago, que espera que a finales de año la norma pueda estar ya en el Consell Consultiu.

¿Esperan que las patronales vuelvan a reacciones como hicieron en 2010? La consellera asegura que la demanda de esta regulación "surge precisamente de ellas".

Ahora mismo Servicios Sociales trabaja en la redacción de la normativa, que entre otras cosas regulará los horarios de apertura; el tiempo máximo de permanencia de los niños en el centro; el aforo máximo; los espacios mínimos; el perfil profesional del personal; las condiciones físicas del centro (como la separación de la zona de juego de la de zona de descanso o el número de baños por niños)...

"No será algo complejo", garantiza Santiago, que aclara además que las guarderías tendrán plazos para adaptarse y lograr la autorización. Una vez la tengan, serán inspeccionadas periódicamente. La consellera razonó que esta norma se tendría que haber hecho antes y lamentó que durante la legislatura anterior con el Govern del PP "no se hizo nada".