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Entrevista

José Marimón: "Todavía hay gente angustiada por el atentado que nos pide ayuda psicológica"

El mallorquín José Marimón coordinó la respuesta sanitaria tras el atropello masivo de las Ramblas: "A nivel emocional pasas unos días malos"

El médico mallorquín José Marimón en el centro de coordinación de emergencias de Barcelona en el que trabaja. sem

El doctor José Marimón (Palma, 1962) ha ejercido siempre en Barcelona desde que se desplazó a la capital catalana para estudiar Medicina hace casi un cuarto de siglo. Era el jefe del turno de guardia del Servei d'Emergències Mèdiques de la Generalitat (SEM) la tarde del jueves 17 de agosto, cuando Younes Abouyaaqoub se lanzó por la Rambla a toda velocidad con una furgoneta, dejando un rastro de heridos y cadáveres a su paso.

P¿En qué momento tiene la certeza de que están ante una tragedia?

R De inmediato. En el mismo edificio estamos médicos, bomberos, Guardia Urbana y Mossos d'Esquadra. En la sala contigua a la nuestra los agentes de la Guardia Urbana estaban viéndolo todo a través de las cámaras que hay en la Rambla. Así que no había duda de que acababa de suceder algo de una gravedad máxima.

P ¿Cuál era su responsabilidad esa tarde?

R Yo estaba de jefe del turno de emergencias en Barcelona. Precisamente ese día me había reincorporado al trabajo después de las vacaciones. Hacemos turnos de doce horas y estaba preparado para un día normal, coordinando los servicios médicos en las urgencias que pueden suceder en una ciudad como Barcelona.

P Pero esta no era una urgencia más.

R No. Enseguida se disparan todas las alarmas y nos ponemos en marcha movilizando a todas las unidades disponibles. Me vino a la cabeza el accidente de Sans a finales de julio [medio centenar de heridos en el choque de un tren de Cercanías], pero esto era diferente. Es nuestro trabajo y no puedes permitirte el lujo de quedarte paralizado. Habilitamos dos puntos de asistencia en Plaza Catalunya y un segundo canal de emergencias para dar prioridad al atentado, pero sin descuidar otras urgencias que pudieran tener lugar en Barcelona.

P Usted decidía a qué hospital iba cada herido.

R Sí. En función de la gravedad y de la disponibilidad de camas en los hospitales. Todos estaban en alerta y preparados para recibir a los heridos. A través de la emisora me coordinaba con los médicos de los dos hospitales de campaña instalados en la zona del atentado para ofrecer una primera atención médica. El Hospital del Mar es el que recibió más pacientes porque es el que estaba más cerca. También los desviamos a Bellvitge, Sant Joan de Déu... Ibas a contrarreloj.

P Una hora y cincuenta minutos después del atentado todos los heridos, 139, estaban ingresados. Demostraron una gran capacidad de respuesta.

R Yo estoy muy contento. Se movilizaron 51 ambulancias de inmediato. La primera que llegó a la Rambla lo hizo solo seis minutos después de la primera llamada. Y médicos y policías que estaban de vacaciones o de libranza pidieron para venir a trabajar. Contamos con la colaboración de muchísima gente, estoy muy orgulloso del trabajo de aquella tarde.

P Es un médico experimentado, pero imagino que uno nunca está preparado para algo así.

R Recuerdo que estaba siendo un día sin complicaciones, había muy poco movimiento en la sala. Hacemos simulacros con cierta frecuencia y se supone que tenemos que estar preparados. Superada la sorpresa inicial te pones en movimiento, se te dispara la adrenalina.

P ¿Una situación límite como aquella saca lo mejor de uno mismo?

R No lo sé. Pese a todo yo lo vivo con normalidad. Es mi día a día, forma parte de mi trabajo. Habitualmente vivimos muchas historias muy graves, por desgracia. Y hay que superarlas y seguir con tu vida y con tu trabajo. El viernes, un día después, ya era una tarde normal. Aunque en la sala había más silencio de lo habitual.

P Estos días habrá reflexionado sobre lo sucedido. ¿Es posible evitar que un atentado así vuelva a ocurrir en Barcelona o en otra parte del mundo?

R Lo piensas y sí, es muy complicado evitar que algo así vuelva a repetirse. Lo que nos toca a nosotros es estar preparados y bien entrenados por si nos vuelve a pasar. En la central de coordinación se hizo un trabajo muy importante. Invisible para la gran mayoría de la gente, pero estoy muy contento de cómo respondieron todos mis compañeros.

P Como médico, ¿sintió en algún momento la necesidad de salir a la calle y atender a los heridos?

R No. Mi puesto estaba aquí. Recibí mucha colaboración de mis compañeros, incluso de los que estaban de vacaciones. Mi sitio era este. Claro, a nivel emocional y personal pasas unos días malos, sobre todo cuando van pasando las horas y ves las cosas con otra perspectiva.

P Ha habido muchos elogios a la respuesta sanitaria, pero también a la policial.

R Los Mossos estuvieron de diez, hicieron un trabajo extraordinario. Y no es fácil en una situación de alerta, como la que se vivió los días siguientes, estando en peligro en todo momento. Tuvimos toda su colaboración.

P ¿Estuvo en la manifestación del sábado?

R No. Justo ese día cumplí 55 años y tenía una celebración preparada. Pero estuve con ellos con el corazón.

P Ha sido muy criticada porque una parte de los manifestantes llevaron banderas independentistas. ¿Usted qué opina?

R Lo vi por la tele y pensé que no tocaba. No era un momento para banderas ni para hacer política, solo para expresar un sentimiento de rabia hacia el terrorismo. Pero se mezcló todo. Me dio pena, era una manifestación por las víctimas y por respeto a ellas la política debería haberse quedado al margen.

P¿Barcelona ha cambiado?

R No. Ha vuelto a la normalidad y todo funciona como antes. No detecto miedo. Sí es verdad que se percibe un sentimiento de rabia que la gente lleva por dentro. Y algunas personas todavía tienen un sentimiento de angustia. Aún hoy nos llama gente para pedir apoyo psicológico, aunque vivieron el atentado a distancia.

P¿Y ustedes? ¿Han recuperado la normalidad?

R Sí. No puedes pararte. Siguen sucediendo accidentes, la gente sigue necesitando ayuda y tenemos que seguir funcionando.

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