El grupo Cursach ha pedido al juzgado de lo contencioso-administrativo 1 de Palma que ordene, como medida cautelarísima, la reapertura de la discoteca de Magaluf BCM, cerrada por el Ayuntamiento de Calvià el pasado abril por un problema con las torres de refrigeración situadas en la cubierta del establecimiento. La demanda interpuesta por BCM Disco Empire, la propietaria de la sala de fiestas, argumenta que si no se abre ese local peligran 125 puestos de trabajo, entre fijos y eventuales. El recurso añade que cada día que la macro sala de fiestas está cerrada en temporada alta se producen unas pérdidas de casi 37.000 euros. La demanda califica de "palmariamente nulo" el acto administrativo del Ayuntamiento por el que se clausuró el establecimiento, que llevaba abierto desde 1988.

El Ayuntamiento basó la medida en que las torres del aire acondicionado se habían instalado ese año en la cubierta sin permiso de obras, una infracción que habría viciado la licencia de actividad de la discoteca, otorgada en abril de 1988.

Según la demanda, el cierre de BCM está causando también un gran deterioro de la imagen turística de Magaluf y perjuicios para los miles de turistas y residentes en Mallorca a los que les gustaría bailar en el local. De acuerdo con el recurso, en la temporada del 2016 un cuarto de millón de personas acudieron al local. De momento, la empresa propietaria no ha contratado a 90 trabajadores que para el mes de abril ya habrían iniciado su temporada en el local. Los abogados alegan que también el Estado sufre pérdidas por el cierre.