El PP lanzó ayer una batería de preguntas al conseller de Presidencia, Marc Pons (PSOE), para fiscalizar su gestión. Los populares cuestionaron a Pons la necesidad de su departamento, también la elección de personas afines para cargos de confianza -una actitud que el conseller llegó a tachar de "perversión mental"- o el varapalo del Consell Consultiu al Govern por la ley que pretendía enmendarle la plana. La popular Núria Riera reprochó a Pons el "retraso" en la creación de un órgano de transparencia autonómico y censuró la intención de endosar esta labor al Consultiu. "La patata caliente nos la dejó usted", le replicó el conseller, para quien el duro dictamen del Consultiu "demuestra su independencia" que el PP pone en duda con el socialista Antonio Diéguez al frente. El antecesor de Pons, Toni Gómez, denunció "lo vacía que tiene la agenda", acusándole de ir a trabajar algunos días "a la una". "Veo que el nivel del PP sube por momentos", replicó Pons, justificando que la agenda pública obvia las reuniones internas.