Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La fiesta en paz

Los círculos de Podemos se esfuman

Alberto Jarabo, el señor de los círculos en Balears.

Son las 21,15 y en la gélida estación de Manacor hay un montón de octavillas bilingües de Podem/Podemos. Explican cuáles son los objetivos de estos diputados y concejales morados que han irrumpido con fuerza en la política española y balear.

De entrada, en el escrito niegan ser "políticos profesionales" y se declaran "personas normales y corrientes". Subo al tren y encuentro decenas de personas corrientes y normales. Algunos llevan corbata, otros son africanos, hay madres con sus hijos y estudiantes. En Palma me cruzo con bancarios, periodistas, empresarios y vendedores de comercio. ¿Debo deducir que todos son de Podemos o que entre ellos hay algún alienígena infiltrado?

Ya sé cómo son los no profesionales de la política del partido de Pablo Iglesias. Recurro al mismo folleto para saber más sobre la formación. Al descubrir que son "més que un partit polític" me preocupo. Temo que el Barça se querelle contra ellos por plagio. Sigo leyendo y me informan de que pretenden llevar a cabo "cambios sencillos, aunque profundos", situar "las instituciones al servicio de la gente" y "el rescate de la soberanía popular". Nada que no puedan firmar el 95,7% de quienes no les votan.

Busco las diferencias en el método ya que no las encuentro en los objetivos. Aquí es cuando asoman los círculos: "Espacios de participación ciudadana a los cuales puede acudir la gente a debatir, analizar y aportar propuestas e ideas con el objetivo de avanzar en el desarrollo de la democracia participativa y construir una unidad popular y ciudadana en defensa de nuestros derechos". Los círculos pueden ser de barrio o pueblo y sectoriales.

Busco el contraste con sus rivales. Hablo con un veterano afiliado del PSOE que me recuerda que en los años de pujanza del partido, cuando eran ellos quienes ofrecían un futuro diferente a los españoles, sus sedes se llenaban de médicos, arquitectos, abogados y otros profesionales. "Todos llegaban cargados de ideas con las que íbamos a cambiar el mundo". Los viejos militantes de antes de la guerra también rezumaban entusiasmo: "Algunos soñaban con la revolución pendiente, otros se conformaban con proclamar de nuevo que eran socialistas". El PSOE ganó y el cambio no fue o no alcanzó las expectativas de muchos de aquellos que se acercaron al partido. Los que lograron un cargo continuaron activos. Los demás desaparecieron.

Llamo a un amigo del PP y me asegura que en sus reuniones de partido eran -ahora la actividad interna se ha enfriado en Balears- muchos más que en cualquier círculo del partido morado.

Pregunto a un compañero del periódico sobre los círculos de Podemos y me recuerda la sensación que le producía ver que una asamblea sin control y de representatividad más que dudosa decidía sobre el futuro Govern de Balears. "Fíjate -añade- que los círculos han desaparecido del lenguaje de Podemos. Hasta dirigentes como Camargo admiten que estas miniasambleas les dan problemas".

Interrogo a alguien que estuvo en los primeros círculos y se muestra muy crítico. "Se han esfumado. En algunos pueblos ya han desaparecido. En otros quedan cuatro y no siempre las personas más recomendables".

Nihil novum sub sole. Perfecto que Podemos haya venido para alborotar el avispero de la vieja política, pero sus estructuras y métodos internos se asemejan cada vez más a las del resto de formaciones. Hacía falta que alguien sacará de su conformismo centrista a los socialistas y ofreciera auténticas alternativas de izquierdas, cuyas recetas en estos años de crisis nadie ha demostrado que se equivoquen más que las de la derecha. Han aprovechado un momento de hartazgo y han generado un fenómeno de ilusión y entusiasmo.

Sin embargo, me permito recordar que Johann Wolfgang von Goethe ya advirtió sobre lo efímera que puede ser la efervescencia de un instante: "El entusiasmo no es un producto que se pueda conservar en salmuera por muchos años". Y Podemos lo sufrirá.

Compartir el artículo

stats