Tocaba discurso institucional en el Parlament, pero el toque personal que le dio su presidenta no dejó a nadie indiferente. Xelo Huertas cargó ayer contra el maltrato financiero del Estado a Balears, la figura del aforamiento o la violencia machista. Pero también deslizó duras críticas al PP y a la gestión de la ley de la Dependencia, que enojaron respectivamente a los cargos populares y del Govern asistentes.

El constante tono en primera persona de la intervención -atribuyéndose haber abierto la institución a la calle como nunca antes, o sus “esfuerzos” para recortar el sueldo a los diputados- tampoco fue del agrado general. Igualmente, Huertas no convenció a sus antecesores en el cargo allí presentes, expresidentes de distinta ideología que durante el refrigerio comentaron con complicidad lo ocurrido.

El “pesado y largo” -según algunos- discurso fue lo más comentado en los corrillos del acto en la Cámara autonómica, con políticos del todo antagónicos coincidiendo en que Huertas “se confunde de rol y de día”. Lo decían porque ayer era la jornada de las Illes Balears, “y lo que se celebra es el aniversario -el XXXIII- de la entrada en vigor del Estatuto [de Autonomía]; no es la diada del Parlament ni de su presidenta”. Protestaba un ex alto cargo socialista porque Huertas hubiera detallado el número de leyes y demás iniciativas aprobadas o en trámite en estos 8 meses, o las visitas de los escolares al edificio. “Hoy no toca leer la memoria de la actividad parlamentaria, está fuera de lugar”, se sumaba un colega popular.

Claro mensaje de izquierdas

El discurso, atribuido en los pasillos al jefe de gabinete, Antoni Jiménez, tuvo un marcado mensaje de izquierdas: Huertas abogó por “un Parlament donde los ‘brotes verdes’ no lo sean porque las estadísticas, los resultados de las bolsas de valores, los beneficios de las empresas del IBEX 35 o de la banca mejoren”.

La también alto cargo de Podemos lamentó la “situación absolutamente patética” de los dependientes en las islas por la demora en la concesión de las prestaciones. Criticó que “somos la Comunidad Autónoma donde menos ha crecido el número de beneficiarios en todos el año 2015, solo 147 personas”. También denunció que “el 75% de los que tienen derecho están pendientes de la concesión, y muchos morirán antes de ver reconocido su derecho. ¡Intolerable!”, enfatizó.

La andanada parecía ir dirigida al Gobierno de Rajoy, pero fue inevitable que muchos miraran de reojo a la consellera Fina Santiago, encargada de gestionar este servicio. Las palabras de la presidenta sentaron mal en las filas de Més, el partido de Santiago. A El Pi tampoco le gustó el tono usado.

Huertas irritó luego a los populares presentes en varios momentos. La descarga más directa la dedicó a “la falta de pluralidad por una mayoría absoluta aplastante que hizo que no siempre se distinguiera entre Govern y Parlament”, en clara alusión al cuatrienio anterior de José Ramón Bauzá.

“No podemos seguir siendo tratados como un territorio periférico y visto sólo como una fuente inagotable de financiación para los demás”, fue otra de las quejas de Xelo Huertas. Lo mismo con los “10.000 aforamientos para políticos, jueces y fiscales, que nadie entiende”.

La presidenta del Parlament leyó durante casi media hora, ante un público que ya llevaba otro tanto de pie y que en las filas traseras había desconectado y solo miraba los relojes. Justo antes de terminar, Huertas sorprendió con un “no quisiera aburrirles”. Entonces estallaron los murmullos y los asentimientos.