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Entrevista

Jaume Morey. "Nuestro objetivo es tratar a estos niños entre los dos y los seis años"

El doctor Jaume Morey, en su consulta de Son Espases.

-¿Por qué se denomina al Asperger como el síndrome invisible?

-Por la dificultad que entraña diagnosticarlo y las diferencias que presenta frente a otros trastornos del espectro autista (TEA) en los que está englobado.

-¿Cuál es la principal diferencia entre un niño con Asperger y otro con un TEA?

-Básicamente, el coeficiente intelectual que en los primeros es más elevado. Antes incluso se diagnosticaban como Asperger a niños que tenían retraso mental, lo cual era incorrecto. Un menor con síndrome de Asperger está mejor adaptado a su ambiente que un autista precisamente porque es más inteligente.

-¿Por eso son más difíciles de diagnosticar? ¿Por qué ocultan mejor su trastorno?

-Por que se adaptan mejor a su ambiente. Cuando son más pequeños aprenden a saludar y a dar un beso fijándose en los demás. El problema aparece cuando crecen ya que las necesidades sociales aumentan con la edad y sus dificultades para entender las relaciones sociales se hace más patente. Esta es la explicación también de la cantidad de diagnósticos tardíos que se dan con este trastorno conductual.

-A las personas con este trastorno les cuesta comunicarse e interactuar socialmente pero, ¿qué explicación tiene su querencia por la rutina?

-Porque son muy rígidos en su manera de pensar y eso provoca que no les gusten los cambios. A todos los niños les gusta que, por ejemplo, un miércoles no haya clase porque es el día festivo elegido por su escuela. Pues a ellos no. Les altera su rutina, les molesta que sea miércoles y no tengan que ir al colegio.

-¿Qué tratamiento tiene este síndrome?

-Formación y educación, enseñarles a interactuar con los demás, que aprendan a sortear esta incapacidad para comunicarse. Puede parecer sencillo pero no es fácil porque ellos, en general, no ven la necesidad de hacerlo. Cuanto más inteligentes son, perciben más claramente que su actitud les genera problemas y entonces se adaptan mejor. Cuanto más joven y con más capacidades, mejor pronóstico hay.

-¿A qué edad habría que diagnosticar este trastorno para mejorar su evolución?

-Entre los dieciocho meses y los dos años todos los niños con algún trastrono del espectro autista deberían estar diagnosticados para poder intervenir precozmente con ellos y tener un mejor pronóstico.

-Pero, ¿a qué edad se suele detectar este trastorno?

-Entre los cero y los dieciocho años, a cualquier edad. Pero se ha avanzado mucho en el diagnóstico ya que si en el año 2008 en toda la comunidad teníamos tan solo a 4 personas diagnosticadas de un TEA, en febrero del año pasado ya teníamos más de mil. Fue clave la creación de los equipos de evaluación de las discapacidades sociales y de la comunicación en 2011 en los que participan las conselleries de Educación, Salud, Servicios Sociales y miembros de las asociaciones de autistas. Cada año diagnosticamos entre 200 y 300 casos nuevos.

-Los padres se quejan de que el Servei de Salut no les ofrece terapias para sus hijos...

-Se hacen para los que las necesitan porque la evidencia científica no nos dice que éstas mejoren al paciente. Nuestro objetivo es dar tratamientos de forma más precoz, entre los dos y los seis años, para allanar sus dificultades y evitar que los problemas surjan más tarde por no haber hecho nada antes.

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