Poco a poco el presupuesto de la Universitat va levantando cabeza, aunque aún está lejos de las cuentas previas a la crisis. Para 2016, la UIB contará con 88,65 millones, un 2,5% más que este año. El incremento se debe al aumento de la transferencia nominativa por parte del Govern, que el próximo año destinará a la institución académica 56,47 millones, un 4% más que en 2015.

De seguir esta tendencia, el equipo rectoral confía en que en un plazo de dos años se recuperaría una "parte muy significativa" de lo recortado por el Ejecutivo autonómico entre los años 2010 y 2013 y se lograría una transferencia nominativa que cubra todo el capítulo 1 -el referente al personal- de las cuentas, esto es, de 60 millones (el 67% del presupuesto). Sumando todo lo recortado entre 2010 y 2013, la UIB ha perdido más de 13 millones.

Con todo, la inversión sube hasta los 4.043 euros por estudiante, lo que supone un incremento de casi el 4% pero sigue dejando a Balears lejos del promedio estatal, que es de 5.090 euros por alumno. David Pons, vicerrector de Economía, anunció que de cara al curso que viene y por tercer año consecutivo las tasas no se encarecerán. Recordó que las matrículas de la UIB son de las más baratas del Estado y que además se mantiene la partida de 100.000 euros de ayudas para estudiantes que tengan problemas económicos.

¿Para qué va a servir este incremento? Por un lado, posibilitará la promoción del personal docente e investigador. Se nombrarán catedráticos y se convocarán nuevas plazas. Además se irá reduciendo el número de alumnos por clase de las carreras más demandadas en su segundo curso, para que bajen de los 90 actuales que llegan a tener algunas -el máximo permitido- hasta los 75 estudiantes. En 2015 ya se empezó a reducir grupos en 3º y 4º y el año que viene la idea sería desmasificar los grupos en 1º.

Según explicó Pons, las condiciones de enseñanza se irían acercando así a lo que preveía el Plan Bolonia, que establecía una atención más individualizada; seminarios en grupos reducidos; reducción de las clases magistrales. El vicerrector recordó que la implantación de Bolonia se hizo sin ingresos extra y coincidió con el inicio de los recortes, con lo que fue imposible aligerar las aulas; proceso que empiezan ahora y que, recordó, supone un coste considerable en profesores.

La gerente, Antònia Fullana, destacó otras mejoras para el personal de administración y servicios, quienes "han sufrido años de muchos recortes". Se emprenderán acciones para consolidar nuevas plazas, mejorar su cualificación y favorecer la promoción interna.

Otras partidas que crecen son la de ayudas al personal investigador para asistir a congresos y la de actividades culturales.