El primer nombramiento de la consellera de Sanidad fue su pareja. A continuación, contrata al número tres de la fracasada lista municipal de su pareja en Santanyí, por más de 45 mil euros anuales. Cabría preguntarse si Patricia Gómez piensa fichar con dinero público a algún cargo que se salga del núcleo tribal, en el Govern de los mejores y familiares.
El último incorporado a Sanidad no sirve para concejal, según el veredicto inapelable de los votantes de Santanyí. Por tanto, se le premia este fracaso con una asesoría técnica. Según el Diccionario, un técnico es una "persona que posee los conocimientos especiales de una ciencia o arte". Esta capacitación específica no consta en el animado currículum en twitter y facebook del patrocinado por la pareja de consellers sanitarios. De hecho, la contratación solo puede justificarse en aplicación de los mismos criterios que hicieron vicepresidente a Antonio Gómez, aunque el asesor socialista puede presumir de que su juventud le ofrece más tiempo para aprender.
El PP arrasó en Santanyí. Los populares se escabulleron de la catástrofe balear de su partido, en un municipio donde competían con el compañero de la consellera y su flamante asesor técnico. Es decir, la lista socialista rechazada abrumadoramente contiene la semilla de la salvación de la Sanidad de Balears, tan maltratada por Bauzá.
Con dos ejemplos a favor de esta tesis, tal vez la consellera pretende contratar a los 17 miembros de la lista de su compañero que se han quedado sin concejalía en Santanyí. Esta ingente tarea de reubicación con salarios públicos topará con algún obstáculo presupuestario. A fin de soslayarlo, se procederá a cerrar más plantas hospitalarias para completar el traslado. En el paso previo al nombramiento de los hijos adolescentes de altos cargos "porque los niños son grandes gestores", el Govern de los mejores tenía que provocar, pero no insultar.
