No pudo quedarse como magistrado emérito, pero, carambolas que da la vida, el juez Castro podrá prolongar dos años más su carrera profesional para acabar el sumario Palma Arena, que tanta fama le ha dado. Castro confirmó ayer que piensa acogerse a la reforma legal impulsada por el Partido Popular y que, en breve, permitirá a los jueces jubilarse a los 72 años en vez de a los 70, una edad que cumplirá en diciembre.

El Congreso aprobó anteayer la nueva Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ), la norma que regula con precisión de relojero el funcionamiento de la Justicia en España. Entre las novedades se halla una enmienda del PP, introducida a última hora en el Senado, y que acaba con la figura de los jueces eméritos y abre la puerta a que los magistrados se jubilen, si lo desean a los 72 años.

Este cambio afecta también a los fiscales y a los secretarios (que pasarán a llamarse letrados de la Administración de Justicia) y no impone ningún requisito a los solicitantes.

Intento fallido

Castro intentó hace unos meses seguir en su juzgado, instrucción 3 de Palma, como juez de refuerzo y en calidad de magistrado emérito. Su intención era continuar instruyendo las piezas separadas del Palma Arena que no se han cerrado y evitar a su sustituto (o sustituta) el penoso trabajo de tener que estudiarse todo el voluminoso sumario.

El juez planteó su iniciativa como un gesto de solidaridad hacia sus compañeros y una obligación moral, porque se sentía implicado y comprometido personalmente con la culminación de unas pesquisas iniciadas en 2008.

Su petición obtuvo el rechazo de la sala de gobierno del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo General del Gobierno, el órgano encargado de tomar la decisión. Ambas instancias entendieron que la LOPJ (la anterior) reservaba las plazas para eméritos a jueces de órganos colegiados (tribunales) y excluía a los magistrados de órganos unipersonales.

Cuando el juez que ha sentado en el banquillo a la infanta Cristina se había resignado a jubilarse el 21 de diciembre, el PP decidió cambiar la figura de los eméritos y ampliar, de manera generalizada, la carrera profesional de jueces, fiscales y secretarios.

Las dudas de Castro sfueron después sobre el momento de entrada en vigor de la nueva LOPJ, dado que tenía que estar vigente antes de diciembre.

Sus temores se desvanecieron al comprobar que la LOPJ empezará a aplicarse a partir del próximo 1 de octubre, lo que le permitirá acogerse al aplazamiento del retiro. La única condición que impone la norma es que los jueces deberán solicitar al CGPJ con algunas semanas de antelación su deseo de seguir en activo.

Castro podrá continuar en su juzgado como titular. Hace varios años que el magistrado cuenta con una juez de refuerzo, que se encarga de parte del resto de asuntos distintos al Palma Arena.

La pieza separada que ha dado más trabajo al juez Castro ha sido la de Nóos, que hace unas pocas semanas fue trasladada a la Audiencia para su enjuiciamiento.

El sumario se dividió en 28 subpiezas, de las que quedan por cerrar, entre otras, la principal (el presunto descuadre millonario en la construcción del velódromo Palma Arena); Over, la agencia de publicidad que supuestamente regaló trabajos al PP a cambio de contratos públicos; Ópera, pendiente de que el fiscal redacte su escrito de acusación contra Jaume Matas; y la del descuadre patrimonial de éste último.