La experiencia que acumulan los grupos de investigación que persiguen a los grupos criminales que se asientan en España, señala que los mafiosos rusos intentan pasar desapercibidos, pero nunca pierden el contacto con sus colaboradores. Y este sería el caso de Alexander Romanov, que se instaló en Mallorca en el año 2010 y quiso entrar en el negocio turístico, pero sin dejar de mantener el contacto con sus colaboradores en la organización mafiosa.

En el intenso registro que se realizó en la vivienda de Peguera, que se prolongó hasta las tres de la mañana, se incautaron decenas de fotografías que la familia moscovita guardaba por diferentes estancias de la casa. Estas fotos fueron intervenidas por la Guardia Civil. Se pretende cotejar las imágenes para averiguar si en ellas aparecen otros personajes relacionados también con la mafia. No se descarta que alguna de estas personas relacionados con la criminalidad pudo visitar en alguna ocasión la casa de Peguera.

La Guardia Civil sospechaba que Romanov guardaba importantes sumas de dinero en su domicilio. Por ello, utilizó a un perro que es especialista en seguir el rastro del dinero. El animal detectó tres cajas fuertes repartidas por diferentes estancias de la casa. En cada una se guardaba diferentes sumas de dinero. En concreto, Romanov tenía repartidos por la casa 200.000 rublos, 1.300 dólares, 1.000 libras y 15.000 euros. En las cajas de seguridad también se guardaba un importante lote de joyas de gran valor, todas ellas de su esposa. Todas estas piezas fueron también intervenidas para calcular su valor.

El matrimonio Romanov solo ocupaba una zona de la lujosa casa. Con ellos vivía su único hijo. Sus suegros ocupaban otra área de la vivienda. En esta estancia de la casa se intervinieron 80.000 euros en metálico. La suegra, Margarita Vinogradov, explicó que el dinero procedía de la venta de unos activos que tenía en Rusia. A pesar de esta explicación, la Guardia Civil intervino casi todo el dinero porque sospecha que procede de actividades ilícitas. Esta mujer no fue detenida, pero sí aparece imputada. Presenció cómo su marido, un catedrático de matemáticas ya retirado, fue arrestado, acusado de colaborar con su yerno en el blanqueo del dinero.

El Grupo de Información de la Guardia Civil llevaba casi dos años investigando las actividades de este empresario moscovita. Además de rastrear las operaciones económicas, sobre todo las declaraciones que presentaban las empresas ante la inspección tributaria, los investigadores intervinieron las conversaciones telefónicas, no solo del líder mafioso, sino también de sus asesores en Mallorca. Fuentes próximas al caso, que se mantiene bajo secreto de sumario, señalaron que hay grabaciones que implican tanto al abogado Amado Jaime Sastre como al asesor fiscal, Julián Belchi. Ambos fueron detenidos al inicio de esta investigación. En las conversaciones se señalan las maniobras que se llevarán a cabo para justificar las inversiones con las que se blanqueaba el dinero que se recibía de la mafia rusa.

La Guardia Civil tiene previsto agotar el plazo de 72 horas antes de presentar a los detenidos ante el juez. Los arrestados serán interrogados esta tarde. Se sospecha que ninguno querrá declarar.