El juez de lo penal Juan Manuel Sobrino impuso ayer una condena de 3 años y 10 meses al abogado mallorquín Gabriel Feliu como cooperador necesario en un delito fiscal, cometido por un millonario sueco afincado en Dubai y que había pactado con la fiscalía anticorrupción su confesión. La sentencia, la primera que se dicta contra la presunta trama de evasión fiscal desmantelada en 2007 en la operación Relámpago, condena también a Feliu a una multa de 600.000 euros.

El magistrado Sobrino condena también a Jan Peter Granlund como autor material de un delito fiscal a un año de prisión y multa de 135.400 euros. El fallo aplica a Grandlund, defendido por Josep Zaforteza, las atenuantes de confesión y colaboración con la Justicia. El empresario antes del juicio había consignado en el juzgado el importe de la citada multa.

Un tercer acusado, Francisco Alcover, considerado un simple testaferro y defendido por Enric Patiño, ha sido sentenciado, en calidad de cómplice de un delito fiscal, a 1 año y 3 meses de prisión y al abono de una multa de 135.400 euros.

Edificio de Pollença

El delito fiscal objeto de sentencia se deriva de la venta en 2004 de un edificio de Pollença al matrimonio formado por Steven y Michelle Jane Walsh. El inmueble pertenecía a Capitiva Balearic, que, a su vez, estaba participada por Victoria Place Limited, una sociedad radicada en las Islas Vírgenes Británicas. En la vista oral Grandlund reconoció ser el propietario de Victoria Placed y también admitió una serie de operaciones para ocultar a Hacienda casi la mitad del dinero cobrado por el edificio.

El inmueble se vendió en la escritura pública por 437.503 euros, cuando Steven Walhs pagó por él el doble: 875.000 euros. Granlund dijo en el juicio que Gabriel Feliu le asesoró en aquella operación. Steven Walhs confirmó que el letrado ahora condenado negoció con su abogado los detalles de la compraventa.

Feliu sólo quiso contestar a las preguntas de sus abogados Ramón y Jaume Riutord. El imputado destacó que en 1999, cuando se constituyó Capitiva Balear, se hizo un pago en negro de 25 millones de pesetas (unos 150.000 euros).

Ingeniería jurídica-fiscal

El juez en su sentencia destaca el silencio de Gabriel Feliu y tilda de "increíble" el que sus defensas no le hicieran preguntas para intentar exculparle de los hechos.

Según el magistrado, la operación de venta del inmueble del millonario sueco en Pollença fue de auténtica "ingeniería jurídico-fiscal, con la única intención de defraudar a la Agencia Tributaria, puesto que lo que se hace es realizar una transmisión de las participaciones sociales de Capitiva, propiedad de Victoria Place, y cuyo único activo era el bien inmueble que se vende".

El juez añade que para evadir los impuestos se utilizó una cuenta puente que el Bufete Feliu tenía en una sucursal del Banco de Sabadell y que, según los informes de la Agencia Tributaria, servía para dar opacidad a determinadas inversiones inmobiliarias en Mallorca.

La sentencia puede ser recurrida ante la Audiencia Provincial.

Próximamente está señalado un segundo juicio en Palma por otra pieza separada del caso Relámpago y donde figura acusado otro de los socios principales del Bufete Feliu, Alejandro Feliu.