"No quiero que mi futuro esté en manos de quien que improvisa cada día. No quiero que dependa de una llamada de Obama. Para poner un presidente así ponemos cualquier cosa: total, ya nos llamarán", arengaba Bauzá a los doscientos simpatizantes que compartieron con él mañana, vino y aperitivo. En la semana del ´zapatazo´, la crisis y los fallos de gestión que la agravan se adueñaron de todos los corrillos. También del discurso de Bauzá, que ve a la ciudadanía cansada de "esta forma de gobernar": "La gente cree en soluciones reales, no en palabrería".