Paradojas de la vida, los estudios más clásicos se imparten en el formato más moderno. La conselleria de Educación busca soluciones imaginativas ante una realidad aplastante: no hay profesores preparados para impartir las clases de latín y griego.

Las asignaturas de Humanidades no cuentan con tantísimos adeptos como las de Ciencias Sociales –el itinerario más popular entre los alumnos de Bachillerato–, pero sí que tiene una serie de fieles seguidores que no quieren renunciar a los valores de la antigua Grecia y Roma.

Al no encontrar profesores ´reales´, la Conselleria ha tenido que recurrir a los docentes ´virtuales´ en tres institutos de las islas. Así, los alumnos de primero de Bachillerato del Antoni Maura, el Beat Ramon Llull de Inca y el de Santa Margalida estudian latín y griego a través de la red.

"Sería mejor tener un profesor", dice Caterina Salvà, "pero es mejor que nada". Ella es una de las jóvenes estudiantes del IES Santa Margalida que cursa latín en internet. El sistema es simple: desde una plataforma van bajándose, a su ritmo, los ejercicios. Los resuelven y los suben, teniendo a su disposición a un tutor virtual para consultarle. Dan cuatro horas semanales de lengua latina, en los ordenadores de la biblioteca, pero "justo hoy el servidor no funciona", explica Clara Ferrer, compañera de Caterina. Ése es uno de los principales inconvenientes de este sistema: si la tecnología falla, adiós clase.

Otras desventajas, señala Clara, son que se avanza pero "muy poco a poco", que "es todo muy abstracto" y que las dudas "no te las resuelven al momento". Además, las enseñanzas on-line se centran en la historia y la cultura, dejando más de lado la traducción, algo que representa el grueso del examen de latín en Selectividad. Debido a ello, Clara y su compañera Maciana Rives acuden a clases de repaso (a 20 euros la hora) por su cuenta.

Para ellas, la principal ventaja es que "pueden ir más por libre" a la hora de plantearse la asignatura, algo que les exige "mucha más implicación y autonomía".

Maciana tiene claro que quiere estudiar el bachillerato de Humanidades. En la Universidad quiere cursar Estudios Ingleses y sabe que los conocimientos de lenguas clásicas le irán "mucho mejor que los de Economía o Matemáticas", asignaturas que no cree que vayan a servirle "para nada". Además quiere seguir con estas materias por un motivo fundamental: le gustan. Por ello, no está dispuesta a renunciar ni al latín ni al griego.

El curso pasado se encontraron con que la profesora de Lenguas Clásicas estaba de baja por maternidad. Aquella baja no se cubrió hasta enero, con lo que los chicos estuvieron casi cuatro meses sin clase. Este año ya les avisaron que la docente también estaba de baja y que igual se repetía la misma situación.

Les dieron tres opciones: cambiarse de itinerario, cambiar de centro o estudiar por internet. Este año se apaña con las lecciones en la World Wide Web y las clases de repaso que paga de su bolsillo, pero el curso que viene tendrá que prepararse para Selectividad y no quiere hacerlo de esta manera, así que se plantearía cambiar de instituto si tuviera que conformarse de nuevo con un profesor virtual.

El caso de Clara, Maciana y Caterina no es el único. No hay licenciados y Educación lo tiene complicado para cubrir las vacantes y las bajas inesperadas. En el IES Josep Sureda i Blanes, por ejemplo, también están esperando a que la Conselleria envíe un sustituto.

Águeda Pou, Margalida Más, Mercé Rosselló y Mercé Ramis son jóvenes de este instituto que llevan desde septiembre perdiendo horas de formación porque no hay licenciados. El año pasado ya les pasó lo mismo y durante unos meses se apañaron con un profesor particular, que pagaban a medias con el instituto. Este curso siguen a la espera. ¿Aprender por internet? Estas chicas no lo ven claro: "No es la solución que tocaría", dice Águeda con rotundidad. "Es complicado estudiar una lengua con un ordenador, ¿cómo le vas preguntando?", se plantea Mercé R. con escepticismo.

La Conselleria publicó hace dos semanas una convocatoria extraordinaria para cubrir bajas como la del Sureda i Blanes. Si hay suerte y Educación encuentra –aquí o en otra comunidad– un profesor ´real´, estas chicas no tendrán que acudir al aula virtual.