Katiana Vicens (Palma, 1971) fue elegida la semana pasada secretaria general de CCOO-Balears con el 58% de los votos frente a su contrincante, Daniel Cámara. Previamente había ocupado la secretaría de Organización desde 2005.

-CCOO-Balears vivió durante muchos años una evidente división interna entre oficialistas y críticos, que ya parecía superada. Existe el riesgo de reeditar enfrentamientos con una secretaría general que ha sido elegida con poco más de la mitad de los votos?

-No lo creo. Tras tantos años de división interna, que hicieron que el sindicato se resintiera, hemos madurado y somos conscientes de que eso no es bueno para nadie. Es algo que forma ya parte del pasado y ahora no nos encontramos en esa situación.

-¿Cómo han quedado las relaciones con el sector que respaldó a Daniel Cámara?

-La integración se puede dar a posteriori. Seguimos hablando y todavía se tiene que configurar el equipo. Daniel Cámara tiene la opción de repetir como secretario general de CCOO-Metal y eso le impediría formar parte de la comisión ejecutiva, pero no sería una exclusión sino una cuestión estatutaria por la incompatibilidad que se marca.

-Durante años ha existido un duro enfrentamiento con UGT-Balears que se ha cerrado durante los últimos meses, a lo que se ha sumado un acercamiento a USO. ¿La crisis hace imprescindible la unidad sindical?

-La actual coyuntura exige un ejercicio de responsabilidad por parte de los sindicatos y unidad. Cuando rompimos las relaciones con UGT no lo hicimos de una forma gratuita, sino porque considerábamos que teníamos importantes diferencias. Pero hemos luchado por la unidad sindical. Entramos en una etapa en la que se van a negociar convenios muy importantes y sería bueno que fuésemos capaces de presentar plataformas conjuntas porque eso nos hace más fuertes ante la patronal. Pero eso no es obstáculo para que nos hayamos marcado como objetivo convertirnos en el sindicato mayoritario de Balears.

-Durante los últimos meses está existiendo un intenso diálogo con la patronal CAEB en las mesas que convoca el Govern, pero al mismo tiempo esta organización está lanzando mensajes en favor de abaratar el despido y de limitar las subidas salariales al 1%. ¿Cómo están las relaciones con el sector empresarial?

-Los trabajadores tenemos una serie de derechos que se han conseguido a lo largo de la historia y que no han sido gratuitos, que se han alcanzado con el esfuerzo de muchas personas. Tenemos la obligación moral de no permitir un solo paso atrás en esta materia. Si eso tiene que afectar a las relaciones con la patronal, pues afectará, pero no debemos movernos de nuestro sitio. Ahora son unas relaciones fluidas porque cada uno sabe donde está el otro.

-¿En este marco se está incrementando el riesgo de movilizaciones? ¿Podemos encontrarnos con la convocatoria de una huelga general?

-Históricamente, las huelgas generales se han convocado contra medidas que ha adoptado el Gobierno haciendo algún seguidismo de la patronal, y de momento parece que no se va por ese camino. Mientras el Gobierno no admita reformas laborales que abaraten los despidos o cualquier otra iniciativa en este sentido, no vemos la necesidad de una huelga general. Pero si las circunstancias cambian, no la descartamos.

-Los últimos datos económicos apuntan a que Balears está aguantando la crisis algo mejor que otras autonomías. ¿Eso hace que las demandas empresariales estén menos justificadas?

-Siempre he pensado que las posturas de los empresarios de las islas han estado poco justificadas. Tenemos unos salarios medios inferiores a los del conjunto del Estado y una jornada laboral por encima de la media. Yo creo que ya va siendo hora de que la patronal sea responsable con sus trabajadores y quizás la patronal también deba apretarse un poco el cinturón. A lo mejor tenemos que preguntar dónde están los beneficios que los trabajadores hemos creado durante muchos años, ahora que hay vacas flacas.

-¿En qué sector esperan más problemas en Balears?

-Ahora nos preocupa el sector hotelero, porque se prevé que la temporada va a empezar más tarde y va a durar menos. Eso puede afectar al llamamiento de los trabajadores fijos-discontinuos y a la duración de sus contratos, algo que repercute en sus cotizaciones y en las posteriores prestaciones por desempleo.

-¿Qué valoración hacen del papel que el Gobierno central y el autonómico están jugando ante la crisis?

-Ambos Ejecutivos han tenido iniciativas para reactivar la economía, y estas medidas estarán bien si finalmente son utilizadas para el fin para el que fueron concebidas. Ahora estamos en la fase de vigilar que eso se cumpla y sirva para crear más empleo y más estable, y no sólo para que los empleadores reciban bonificaciones.

-¿Cuál es la receta de CCOO para salir de la crisis económica?

-Que los Gobiernos aseguren la protección social de los ciudadanos. Y la receta para no volver a entrar cuando salgamos de la crisis es invertir en investigación y desarrollo, ser un país más productivo, hacer una apuesta para ver si es factible la industria y qué tipo de industria o luchar contra la desestacionalización turística. Hay que buscar una economía más sostenible y no volver a tener una fase de desarrollismo incontrolado como la de los últimos años.

-¿La crisis eleva el riesgo de problemas sociales, especialmente de rechazo hacia el trabajador inmigrante?

-El peligro está en si no se hace nada. Los Gobiernos lo que deben hacer es garantizar una mayor cohesión social para evitar eso. Los trabajadores inmigrantes que están en este país con papeles tienen los mismos derechos que cualquier español.