Una vecina del número 48 de la calle Àngel Guimerà de Palma fue testigo de la explosión del artefacto que estalló la mañana del domingo frente a la sede del sindicato CGT. "Hubo un ruido que daba miedo; no era normal", explicó M.S. a este periódico. Esta mujer vive en la finca de al lado del sindicato que, al margen del coche siniestrado, fue la que más recibió, ya que la explosión destrozó los cristales de la puerta de entrada del edificio.

M.S. y su familia dormían cuando pasadas las seis de la mañana oyeron la explosión. "Dimos un brinco. Luego vino la Policía y acordonaron la calle", explicó. A esta mujer le llamó la atención ver la calle llena de restos de periódicos. Quienes fabricaron el artefacto explosivo envolvieron la bengala y los petardos con páginas de periódico, seguramente para que hiciera las funciones de mecha, según explicaron fuentes de la Policía Nacional. En el interior de las oficinas de la CGT prácticamente no se han producido daños, ya que el artefacto fue a explotar en los bajos del Opel Corsa, que se llevó la peor parte.