Alfonso Navarro es empresario industrial y presidente de un sector poco conocido: el de fabricación, reparación y mantenimiento de puertas automáticas. Aunque nació en Murcia, es mallorquín de adopción. No en vano lleva ya 57 años viviendo en la isla.

—¿Por qué nace la asociación?

—La asociación nace con motivo de una reglamentación nacional que regula el mundo de la venta e instalación de puertas de garaje, comerciales, automáticas... La idea es crear un entorno en el que las diferentes empresas de la asociación puedan poner en común sus dudas y trabajar de forma conjunta unificando criterios e intentando limitar la intrusión profesional.

—¿En qué consiste esta nueva normativa y a quien afecta?

—Afecta a las empresas que trabajamos en el sector, y nos impone una serie de obligaciones en cuanto al producto comercializado e instalado que garantice la seguridad de uso por parte del propietario. Todo está articulado con el objetivo de ofrecer al mercado un producto con unas garantías de seguridad y calidad óptimas.

La normativa afecta a todas las puertas automáticas con independencia de su fecha de instalación, y con independencia del lugar en que están ubicadas, ya sean empresas, comunidades de vecinos, particulares, etc€

— No tenía la menor idea de que existe una normativa específica para su sector.

—No creo que el suyo sea el único caso. No obstante la normativa tiene su razón de ser. Las puertas automáticas son máquinas y como tales, deben someterse a una serie de controles, de mantenimientos, de cuidados al igual que cualquier otra instalación. Al igual que un ascensor, por poner un ejemplo.

Un mal funcionamiento podría tener graves consecuencias. Imagínese: una puerta de emergencias que no se abre en un siniestro; o una puerta de una comunidad de propietarios que no detecta bien al vehiculo y cierra sobre el mismo.

— ¿Se producen muchos accidentes?

—La verdad es que muy pocos para el estado de la mayoría de puertas.

—¿Y cuáles son los más habituales?

—Afortunadamente los daños personales son muy extraños. Lo más frecuente son los golpes o ralladuras a los coches en las comunidades de vecinos.

—Volviendo a la Arimpa, ¿cuántas empresas forman la asociación y qué distingue a estas empresas de las no asociadas?

—La asociación está abierta a todas las empresas del sector que quieran formar parte de ella, y que estén comprometidas con la calidad y la seguridad. A día de hoy Arimpa Balear la forman 11 empresas cuya cuota de mercado abarca aproximadamente el 50% de las puertas instaladas en Mallorca. Lo que distingue a las empresas de la asociación es que todas tenemos un compromiso de certificación con una OCA externa, certificado la diversa normativa en forma de normas UNE que nos afecta. Esta certificación es una garantía de calidad para el cliente final que puede tener la seguridad de que sus puertas cumplen la normativa que les aplica. Lo garantiza un organismo auditor independiente.

Acudiendo a cualquier empresa de Arimpa Balear se puede tener la certeza y la seguridad de que su puerta cumplirá con las normativas de seguridad que le afectan, evitando así responsabilidades y problemas en caso de accidentes.

—¿Y cómo está de salud el sector? ¿Hay intrusismo como en otro sectores?

—Parece que cualquiera puede instalar una puerta automática. Aún hoy hay muchas instalaciones sin adecuado mantenimiento, sin su manual de seguridad, sin su marcado CE. No obstante notamos coómo la situación se va controlando cada vez más. En estos momentos, desde la dirección general de Industria se está comenzando a realizar controles a las puertas ya instaladas.

Pero aún queda bastante camino por recorrer: prevención de riesgos laborales, seguros, el tema de los vados€ ¿Por qué a la hora de tramitar un vado el ayuntamiento no exige el certificado y el libro de mantenimiento de dicha puerta?

—¿Tiene futuro el sector?

—Sí, tampoco pretendía dar una mala imagen. Es un sector vivo, en constante cambio, entiendo que no muy atractivo pero que requiere de una gran especialización. La verdad es que nos resulta difícil encontrar trabajadores especializados. Piense que somos un compendio de electricistas, de mecánicos y de herreros. Echamos en falta la inexistencia de una formación profesional adecuada y completa para un sector que está en auge y que cada vez precisa más trabajadores.