Me ha encantado la reacción de apoyo al ocio como principal atracción de un destino turístico de los más de cien asistentes al encuentro que hemos organizando en Canarias porque hace sólo cinco años, en otro encuentro con hoteleros turísticos del Mediterráneo, priorizaron primero el alojamiento confundiéndose de estrategia empresarial porque en el facilón y ya olvidado mercado de demanda el cliente no podía escoger en su verdadero deseo/necesidad de premiarse para compensar su cotidiano día a día en sus domicilios y trabajos habituales. En este nuevo mercado de oferta pueden y quieren premiarse.

Algunos asistentes reaccionaron ante el futuro cercano que les dibujaba coherente con el título de esta reflexión, como si les estuviese avisando de sus próximos fracasos al anunciarles que el alojamiento pasaría del primer lugar en la reserva al tercero, clasificándose primero el ocio, en segundo lugar el transporte y en tercer lugar el alojamiento, a excepción de los que hubiesen convertido sus hoteles en un destino único, distinto, el mejor, con los más amables anfitriones, seguro, confortable, cómodo, accesible, el mejor posicionado tecnológicamente y mediáticamente segmentado, para que los clientes lo consideren su destino deseado.

Recuerde que el facilón y plácido mercado de demanda ya olvidado, los clientes querían "ir para poder estar de vacaciones" a diferencia del nuevo y acelerado mercado de oferta supergalopante, competitivo, mediático y global, donde los clientes "quieren ser felices" en sus sucesivas escapadas, con la ayuda de todo tipo de vuelos de bajo coste y una amplia oferta de los alojamientos cada año mejor diseñadas.

Como consecuencia del tránsito del "estar al ser" los hoteleros siguen teniendo la oportunidad de crear conjuntamente con las empresas del ocio, habitualmente formada por jóvenes emprendedores, "centros de felicidad" para ofertar de forma mediática, conjunta, atractiva, fácil de reservar, las distracciones/ocios coherentes con los segmentos de potenciales clientes de los hoteles, obviamente, en función de su ubicación, climatología, naturaleza y época del año.

Recordemos que el ocio es una locomotora muy potente de atracción a través de la amplificación, de las redes sociales y de las campañas publicitarias sobre aficiones que exponen los medios de comunicación en contraposición con la mayoría de la publicidad convertida en crueles subastas de precios que solo ofrecen camas aburridas y, en algunos casos, por cierto, vulgares, incómodas y muy poco cuidadas.

Todos nosostros, como clientes, queremos desconectar del día a día, conocer sitios, personas, vivir eventos y emociones, alegrarnos con las fiestas tradicionales, practicar nuestros hobbies, sentir el aire libre, la climatología, degustar la gastronomía típica y de calidad o poner distancia e incluso rodearse de la soledad deseada.

Todas y cada una de estas variadas formas de premiarse son el gran motivo para salir de nuestros hogares y decidir, gracias a las nuevas tecnologías, donde iremos a convertir nuestros sueños en realidades.

Aquellos hoteleros que aún no lo entiendan y sigan como "llaneros solitarios" queriendo vender sólo sus habitaciones, deseo que recuerden que quién avisa es un amigo , tanto en la coincidencia como en la discrepancia.

* Pres. de Educatur y de la Asoc. española de Expertos en Turismo

dbiosca@educatur.com