No parece que el asunto vaya con él. Es más, se diría que lo tiene medio abandonado, que se pone en ello el domingo por la mañana cuando se despierta y piensa que, sí, he de correr, hoy toca ganar.
Todos dan ya por descontado que Joan Mir va a ser el próximo campeón del mundo de Moto3. Lo dan tan por descontado que empieza a no tener valor (por conseguirlo tan rápido y con tanta autoridad) ser el mejor de la categoría, no tener rival.
Pero no es del todo cierto. Mir intenta convencernos en cada gran premio, en cada fin de semana, en cada conferencia de prensa posterior a la carrera que lo que está haciendo es muy difícil. Y lo es, el problema es que él, como el campeón que viene, como el campeón que será, como la alternativa a todo lo bueno que hay ahora en MotoGP, lo hace demasiado fácil.
El domingo, por ejemplo, estuvo metidito, tapadito, en el grupo de cabeza. Ahí estaba un sediente Romano Fenati, un estupendo Juanfran Guevara, un hambriento (ese chaval es bueno, creánme) Marcos Ramírez, un espectacular Arón Canet y un acelerado Bo Bendsneyder, un holandés que más parece una operación de marketing de KTM que un grandioso piloto.
Y Mir estuvo contemplativo hasta que decidió ir al ataque. Y superó a Guevara. Y se desayuno al holandés. Y pasó a Fenati. Y, puede, solo puede, que se acordase de la catedral de Assen (Holanda), cuando lo dejó todo para la última vuelta y falló. "No volverá a ocurrir, no", dijo en la sala de prensa. Y no ha vuelto a pasar. Y, mucho menos, en la República Checa donde, el domingo, quería ser el primero en homenajear con un triunfo al maestro Ángel Nieto.
Por eso, en la última vuelta, en el giro 19, en la vuelta final, cuando Fenati, pobre, intentó el ataque definitivo, Mir realizó una de esas apuradas de frenada en la curva de entrada a meta que solía hacer el '12+1'. En ese instante, la retransmisión de TV estaba siendo ofrecida desde la cámara del helicóptero y, de pronto, Fenati quedó ridiculizado porque fue incapaz de responder a esa maniobra magistral del mallorquín, que le ayudó diciendo "bueno, es que yo tenía el carril seco y si Romano hubiese pretendido salirse de ese carril, se hubiera caído. Prefirió resignarse con la segunda plaza. La lucha sigue abierta".
No, perdón, la lucha sigue, pero no abierta. Mir ha ganado seis de las diez carreras disputadas: Catar, Argentina, Francia, Catalunya, Alemania y República Checa. Supera a Fenati por 42 puntos, casi dos grandes premios, casi dos victorias.
