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Preferiría no hacerlo

El peor negocio de sarver

El Mallorca es material de desguace y quien tiene que reflotar el barco es un entrenador que no tiene la experiencia, el oficio y el talento necesarios

El Mallorca perdió en Soria el partido de fútbol, pero ganó el de la testosterona. Media docena de tarjetas amarillas y la autoexpulsión de Brandon confirman que Javier Olaizola tiene entre manos un grupo desquiciado. Al técnico vasco se le contrató para imprimir carácter en los futbolistas, pero solo ha conseguido que pierdan los nervios. El problema ha adquirido dimensiones colosales porque este Mallorca tiene todavía menos fútbol que el de Fernando Vázquez. Con el agravante de que Olaizola no tiene la experiencia, el oficio y el talento necesarios para reflotar el barco. Robert Sarver fue testigo directo de uno de los partidos más lamentables del curso. A estas alturas ya debe tener claro que el Real Mallorca ha sido el peor negocio de su vida.

Aduladores

Es muy apetecible jugar en el Mallorca porque es un paraíso para futbolistas caprichosos, mimados y sobreprotegidos. No faltan dentro del club quienes les ríen las gracias a todas horas y les persuaden de que la culpa de todos sus males la tiene el entorno. Así que Brandon no será sancionado por su ridícula autoexpulsión que sirvió en bandeja el triunfo al Numancia. Al contrario, no faltarán aduladores que le convencerán de que hizo bien al protestar al árbitro.

Una mala planificación al desnudo

Hay demasiadas esperanzas puestas en un mercado de invierno muy complicado y en el que tradicionalmente el Mallorca ha alternado buenas operaciones con pésimos negocios. Como Óscar Díaz, sin ir más lejos. El jueves Javi Recio dijo que el club espera su mejor versión, como si un año no fuera tiempo suficiente para certificar el fracaso de aquel fichaje previo pago de su cláusula. Esta vez el mercado no ofrece oportunidades como Xisco u Ortuño, dos delanteros cuyos goles evitaron el descenso en dos temporadas consecutivas. El paso de las jornadas ha dejado en muy mal lugar la planificación de Molango y del propio Recio, obligados en enero a comprar la pólvora que se negaron a adquirir en verano.

Puesta de largo chapucera

El videoarbitraje (VAR) ha llegado para no irse, así que lo más práctico es acostumbrarse a la nueva situación y evitar pronósticos apocalípticos como la muerte del fútbol. El problema es que el sistema ha tenido el aterrizaje más chapucero que se pueda imaginar. Ha habido mucha torpeza e improvisación en la puesta de largo de la tecnología en el mundial de clubes, que solo ha servido para generar más rechazo. El sistema tiene que afinarse y madurar para que pueda establecerse definitivamente en todas las competiciones, pero si se hace bien puede ser muy positivo para el fútbol. Menos errores arbitrales conducirán a marcadores más justos. Y en España se reducirán notablemente los favores arbitrales de los que disfrutan Madrid y Barcelona desde tiempos inmemoriales.

¿Negocio o deporte?

Hay un importante nicho de negocio en las muchas y variadas pruebas atléticas que empiezan a saturar el calendario deportivo de las islas. Y también hay algunos indicios claros de burbuja, como la decisión del organizador del Full Ironmande llevarse la prueba a otro sitio porque el Ayuntamiento de Alcúdia ha tenido el buen juicio de no pagar los 350.000 euros exigidos por acoger la carrera. Es casi imposible que el municipio compense semejante inversión, así que solo los hoteleros y restauradores pueden lamentar la huida de la prueba. Se están manejando cifras mareantes para lo que empezaron siendo carreras destinadas a un público minoritario. Es positivo que se hayan popularizado siempre y cuando el objetivo primero sea el deporte y no el negocio.

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