-¿Cómo es esa obra dedicada a Llull?
-Para mí es una obra muy importante. Llull es sin duda un personaje que merece la atención desde múltiples ángulos, el de la música naturalmente también. He compuesto una obra pensando en Mallorca. La Cantata de Randa, que ese es su título, es muy mallorquina, y con la vida de Llull como eje central. La Cantata intenta pasar por algunos momentos de la vida del sabio, sus visiones del Cristo crucificado, la iluminación, su retiro en La Real y algunos más. No está toda la vida de Llull pues sería algo imposible ya que fue una persona extremadamente activa.
-¿Y cómo es estéticamente?
-Sin duda es una obra del siglo XXI, aunque contiene reminiscencias medievales, con algunos elementos que rememoran la época del personaje. No es disonante, es muy audible, amable para el oyente. Sorprendente incluso diría. Consta de nueve movimientos que se interpretan sin interrupción. En ellos uno puede adivinar la Sibil·la, el canto gregoriano, melodías sefardíes y árabes, esencias trovadorescas así como también algo del Llibre Vermell de Montserrat. Melodías medievales, pasadas por un tamiz contemporáneo.
-Al tratarse de una Cantata, ¿en qué textos se ha basado para las partes vocales y corales?
-He trabajado con Neus Dalmau, autora del libreto. Ella ha utilizado fragmentos del propio Llull, que, una vez aglutinados, se han convertido en un material muy apropiado para ser cantado. Con ellos he construido una partitura para orquesta, soprano, barítono, coro y una narradora que cuenta toda la historia. Neus Dalmau ha sido fiel a los textos de Llull, aunque con algunas aportaciones personales que ha escrito para crear una unión entre ellos. Aparte la intervención de la rapsoda, que narra en un catalán actual, los demás cantan utilizando el catalán de la época.
-Hablemos de la colaboración entre la Simfònica y el Orfeó Català.
-Estoy muy orgullosos de haber podido unir las dos formaciones, las dos sensibilidades. Todo empezó a partir de que este año soy el compositor en residencia del Palau de la Música y ofrecí la posibilidad de estrenar esa Cantata sobre Llull con la Orquestra de Balears, de la que fui además director titular. Les pareció bien a las dos partes y nos pusimos a trabajar. Seguro que será una colaboración fructífera que puede dar mucho de sí.
-El concierto, además de estrenarse hoy en Manacor, se ofrecerá en Cataluña.
-En efecto, el próximo día 28 repetimos el programa en el Palau de la Música Catalana en Barcelona, sede del Orfeó. Espero que también sea todo un éxito. Dirigir la Orquestra de Balears en Barcelona, en un espacio tan emblemático y además con una obra propia es realmente un orgullo. Quizás hubiera sido interesante estrenarla en el año pasado, Any Llull, pero dada la intemporalidad y la universalidad del pensador, eso poco importa.
-¿Cómo ha sido el encuentro con la Simfònica?
-Por mi parte puedo decir que estoy sumamente contento de volver a dirigirla y con un programa realmente difícil, pues además de esa obra mía tiene otro estreno, Hamlet de David León y La Tempestad y la Obertura Fantasía de Romeo y Julieta de Tchaikovsky, también basadas en obras de Shakespeare. Un programa muy completo e interesante.
