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"No fue un espía, hubiera encontrado plebeyo serlo"

En el Any Arxiduc, se estuvo a vueltas con la hipótesis de que el Archiduque había sido espía del imperio austrohúngaro, extremo que no comparte José Carlos Llop. "El espionaje del Archiduque es ficción, no es una realidad. El Archiduque cartografía física y culturalmente el Mediterráneo porque lo ama, no porque trabaje para el imperio", sostiene. "Y para él amar es poseer y poseer es escribir o mandar escribir. La relación que tiene respecto al dinero y sus barcos es esencialmente con su madre, que es la que le proporciona todas esas cosas", añade. "Hablar del Archiduque espía como un elemento novelesco sí es factible porque en una novela cabe todo. Pero si hablamos de biografía, no deja de ser una fantasía. Él no era amante de las intrigas cortesanas y no era amante de más intriga que la amorosa, cosa que incluso dudo porque, si él no tenía el control, esa intriga ya no le iba bien", continúa. "El Archiduque hubiera encontrado plebeyo ser espía", afirma.

Para Llop, el imperio austrohúngaro es el mejor imperio que ha habido nunca en Europa, "donde muchas y distintas comunidades culturales y lingüísticas convivieron en paz gracias a la organización de ese imperio. Cuando ese imperio salta por los aires, surgen las guerras étnicas, las guerras mundiales", explica. "Es cierto que se consiguió esa convivencia con un sistema policial férreo, pero nunca culturalmente ni políticamente esa zona de Europa ha estado tan alta", añade. "Y si lo piensas en Viena se cuece culturalmente todo. Y todavía es la Viena del emperador porque la filosofía, el psicoanálisis, la pintura, la arquitectura o el estilo de Secesión se cultivan ahí", concluye.

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