El presunto maltratador de su hija de dos meses confesó este martes en el juicio las palizas brutales que le había propinado a la pequeña en reiteradas ocasiones. El acusado de 37 años justificó su comportamiento violento con la niña indefensa por su fuerte adicción a las drogas. Con carácter previo había depositado en el juzgado 1.000 euros a modo de anticipo para cubrir la responsabilidad civil, que el fiscal ya había fijado en 10.000 euros más las posibles secuelas. Un caso de maltrato infantil que conmocionó a la normalmente apacible localidad mallorquina de La Colònia de Sant Jordi.