Un gran estruendo sorprendió a los vecinos de la calle Isaac Peral, en la segunda línea de Can Picafort, ayer a la hora de comer. Alarmados, descubrieron que buena parte del techo de la planta baja situada en el número 52 se había venido abajo. El anciano que allí reside tuvo suerte, porque el derrumbe no afectó a la estancia donde se encontraba. Pero los cascotes habían bloqueado la salida y los vecinos y los agentes de la Policía Local de Santa Margalida tuvieron que sacarlo a través de una ventana. Aunque nervioso y aturdido, estaba sano y salvo, explicaron fuentes de los servicios de emergencias.