Los investigadores muestran detalles de un dormitorio infantil. Lo hacen para recabar pistas que les puedan ayudar a localizar esa estancia. Cualquier detalle es clave, como la decoración o la ropa que cuelga detrás de la puerta. Horas más tarde, en tiempo récord, la han localizado y se han puesto en contacto con sus padres. La investigación sigue abierta y sin más datos para no ponerla en riesgo.