La tarántula zafiro, una especie originaria de la India, está en peligro crítico de desaparecer. Se ha ido extinguiendo en su medio, al mismo tiempo que se la ha empezado a ver en manos de aficionados, en redes sociales. El tráfico de esta y otras especies de tarántulas protegidas está en auge debido a Internet.

En los últimos años las redes sociales y plataformas de mensajería han tenido un papel importante en la difusión de anuncios, que permiten además el anonimato, lo que potencia comercio ilícito. Transportar a estos animales a escondidas es fácil. En algunas incautaciones se han descubierto decenas de ejemplares pegados al cuerpo de los traficantes, metidas en tubos. Por su tamaño y metabolismo son susceptibles de ser escondidas entre el equipaje o la ropa de personas que vuelven en avión. Las tarántulas desde luego no le gustan a todo el mundo, pero para muchos se han convertido en un objeto de deseo que los lleva a coleccionarlas incluso pagando elevadas sumas de dinero. En plataformas van desde los 10 a los 150 euros y hasta 300 euros. Una caprichosa afición que dificulta la conservación de estos animales en sus hábitats naturales.