Después de tres años de trabajos, las obras en la nueva casa de Rafa Nadal y Mery Perelló en Mallorca han terminado, a falta solo de pequeños acabados en la parte interior de las cubiertas y las balaustradas de la fachada principal y del equipamiento de los interiores, donde ahora se ultiman los trabajos de pintura. La pareja ya prepara la mudanza, aprovechando el periodo de inactividad del tenista hasta el año que viene, motivado por la lesión que sufre desde el pasado mes de enero.

Incluso el jardín y los parterres de la vivienda, hace solo seis meses desiertos, presentan ya un aspecto muy cuidado, con variadas palmeras, centros de palmitos, un olivo y todo un lateral de la vivienda con un frondoso muro verde de árboles de hoja perenne para preservar la parte más expuesta de la casa. Aunque el antiguo pino de ramas muy abiertas y alta copa, que ya formaba parte del paisaje antes de la construcción de la vivienda, es el árbol con más presencia en todo el conjunto.

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Las fotos de la nueva casa de Rafa Nadal y Mery Perelló en Mallorca, donde la pareja ya prepara la mudanza Miguel Vicens

Si no surgen contratiempos, Rafa Nadal, su esposa y el primer hijo de la pareja, nacido el pasado 8 de octubre, podrán finalmente mudarse a su nueva casa a principios de veranotres años y medio después de contraer matrimonio en sa Fortalesa de PollençaPorto Cristo, el núcleo costero de Manacor es el territorio que une la infancia y la madurez del tenista, su territorio familiar y el lugar donde siempre ha querido vivir, situado apenas 12 kilómetros de la Rafa Nadal Academy, donde entrena.

Diseñada por el arquitecto mallorquín Tomeu Esteva, la nueva casa de Rafa Nadal está situada en la parte más alta de Porto Cristo, en el municipio de Manacor, sobre un acantilado rocoso con espectaculares vistas a toda la ensenada natural del puerto, desde la bocana al núcleo urbano y el campanario de su iglesia.

Vivienda con vistas, piscina, y cuatro volúmenes

La vivienda levanta dos cuerpos de edificios interconectados de dos alturas y planta sótano, ambos rematados con una cubierta a cuatro aguas de amplios voladizos, que protege las espaciosas terrazas de la primera y la segunda planta, donde se abren grandes ventanales a todo el paisaje marítimo. Las fachadas y cubiertas son de una tonalidad gris pálida, con el contraste de las paredes de las terrazas, recubiertas de un mármol de tonalidad más oscura y pátina más brillante.

La terraza de la segunda planta es más abierta y luminosa. La de la primera, en cambio, queda protegida por unos módulos rectangulares abiertos que amplían el edificio en la base y crean espacios resguardados de la intemperie en el exterior.

El proyecto resuelve la pendiente del terreno con una sucesión escalonada de bancales de piedra vista que rematan la base del conjunto y sirven de nexo de unión cromática con la piedra caliza del acantilado, donde hay un antigua escalera de acceso al mar que conecta también con la entrada de la Cova des Correu.

El terreno de la vivienda, de 7.000 metros cuadrados, ordena además en su espacio una piscina, en el centro del jardín, y dos edificios más de una sola planta. El primero en uno en un extremo del terreno, junto a la piscina y con vistas al mar, y el otro en un lateral entre el acceso al inmueble a pie de calle y el doble edificio principal. Las obras han completado el muro exterior que cierra todo el perímetro del terreno con un tradicional tratamiento de piedra vista. Los trabajos para concluir los interiores no se detienen ni los fines de semana.

Desde su nueva casa, Rafa Nadal tiene una vista perfecta de su yate amarrado en el puerto, el Great White, el catamarán de 23,95 metros de eslora y doce de manga valorado en 5,5 millones de euros que adquirió en 2020. El yate y la nueva casa de Nadal y su esposa son punto de atracción de cientos de turistas que se detienen ante el barco y la casa para fotografiarlos. El museo no es suficiente. Los seguidores del campeón de Manacor siguen sus huellas por todo el municipio.