En Artà, en la calle Ciutat, Aina Canet ha vendido un cuarto premio por terminal. En concreto, un décimo. La suya es una tienda de decoración que también vende lotería. Sus abuelos ya se dedicaban a repartir suerte. Canet no tiene ni idea de quién puede haber comprado el décimo porque la zona en la que está situado el establecimiento es la del mercado semanal. "Es una zona de paso para muchas personas", ha contado, muy satisfecha por repartir el premio