Cacerolada en el barrio madrileño de Moratalaz. Frente a estos vecinos, contramanifestación de otros vecinos que corean proclamas a favor de la sanidad pública. Se produce un primer momento de tensión que se resuelve cuando los propios manifestantes ponen paz entre los más exaltados. Hasta que poco después dos jóvenes de la contramanifestación se alejan haciendo una peineta. Increpan a otros vecinos y esquivan un objeto que les lanzan desde la cacerolada. Seguidamente un hombre se abalanza sobre ellos. La pelea es feroz, y varios jóvenes más se suman a ella, todos contra el mismo. Cuando empujan a la chica que le acompaña, él vuelve a iniciar una pelea que ya se torna claramente desigual. Tras recibir y propinar varios golpes huye corriendo del lugar. Le persiguen, cae al suelo y se golpea. Tiene sangre en la cabeza y en la mano. Recuperada la tranquilidad se encuentra con uno de sus perseguidores, que también sangra por la nariz. Momentos después aparece la policía. El hombre se siente mareado, se tumba y es atendido por los agentes hasta ser trasladado al hospital con heridas leves.