Entre lágrimas, tomando aire en numerosas ocasiones y pasando, seguramente, uno de los peores tragos de su vida. Así se ha despedido Luis García de su Mallorca, después de que ayer Pablo Ortells, director de fútbol de la entidad, decidiera prescindir de sus servicios y apostar por Javier Aguirre en el puesto. “Fue un día muy duro. Esa es la verdad. Notaba que perdía algo más que un puesto de trabajo. Estaba en un sitio donde estaba cumpliendo con los objetivos marcados y, de verdad, me veía con capacidad para sacar esto adelante”.