La fiesta de los quintos de Vilafranca, que se celebró la noche del sábado con polémica por la ubicación elegida, el patio del colegio Es Cremat, tuvo que ser interrumpida anticipadamente por la Policía Local al superar el número máximo de asistentes, establecido en 500, así como por los ruidos que estaba provocando. A las dos de la madrugada, tres horas antes de su hora oficial de finalización, la Policía Local dio por concluida la fiesta, los jóvenes fueron desalojados del centro docente entre sonoras protestas y se dispersaron por el pueblo, donde trasladaron el jolgorio, los ruidos y los botellones a las calles y plazas. Según algunos testigos presenciales, también se produjeron peleas y pequeños desperfectos y el bullicio alteró el descanso de los residentes.