La columna de humo del volcán y las emisiones en el delta son los dos puntos calientes que determinan la calidad del aire en La Palma. Junto al delta de lava, los instrumentos de un vehículo de la Unidad Militar de Emergencias vigilan en todo momento la toxicidad de las emisiones. Científicos de INVOLCAN también miden los gases desde el mar en colaboración con la guardia civil. Las mediciones indican que de momento la calidad del aire es buena, y eso permitirá a los regantes de la zona sur de la isla entrar a regar las plataneras con sus propios tanques de agua. Pero la previsión es de un ligero empeoramiento en los próximos días. Se espera que un cambio de viento distribuya hacia el norte y noreste el aire tóxico generado por la actividad volcánica y puede afectar incluso al aeropuerto. La interacción entre la columna de humo y los vientos mantienen en vilo a toda La Palma.