El intento del rapto de Boiro desencadena el final cuando lo encuentra su reacción. El chicle es un mentiroso compulsivo. Declara pasado el mediodía, cinco horas, de la seguridad pasa a la duda y se rompe cuando su mujer ya no le protege. A la 1.30 de la madrugada sólo en su calabozo, el Chicle llama a los agentes y se lo cuenta. Un trayecto de una hora siete coches en silencio hasta el pozo. Lo que ocurrió allí se lo guardan. 16 meses juntos, la UCO de Madrid y ellos, los investigadores gallegos.