El ministro del Interior se muestra hoy rotundo. Y pide un castigo a la pitada. Sus palabras llegan después de que la Comisión Antiviolencia abra la puerta a sancionar a los organizadores. Para que no quede impune, el PP propuso ayer, además, endurecer la ley. Un propuesta que levanta ampollas en la oposición. A algunos grupos la propuesta de los populares les suena a represión. Y se remontan hoy a 1925. En el campo del Barça, 14 mil aficionados pitaron contra el himno. Primo de Rivera fue drástico y cerró el estadio varios meses. Su presidente y fundador, Joan Gamper, acabó exiliado.