Este martes, en el banquillo de los acusados por el caso Malaya, y a diferencia de otros días en los que suele estar inmóvil casi como una esfinge... Isabel Pantoja no ha parado un momento... mascaba chicle, miraba el móvil, el reloj... mandaba mensajes... hasta que se ha derrumbado. La cantante, que se enfrenta a tres años y medio de prisión, ha roto a llorar en el que se sienta junto a Julián Muñoz y Maite Zaldívar por presunto blanqueo de capitales.