Cort considera que la seguridad de los cerca de ochenta ocupantes de la antigua cárcel de Palma está seriamente comprometida. A principios del verano se registró un incendio entre sus muros que no causó daños personales, pero fue un aviso que el Consistorio se tomó muy en serio.
Las visitas de los técnicos municipales a la antigua cárcel se repiten desde hace tiempo y sus evaluaciones no dejan lugar a dudas sobre la amenaza para la integridad física de sus residentes.