«Yo llegué desde Uruguay a los cuatro años y aprendí el catalán gracias a la escuela, ya que no lo hablaba nunca con nadie fuera de las aulas», explica Marcos Álvarez.

El joven nunca ha tenido dificultades para hacer las clases en catalán: «Hacer las clases en el idioma del sitio donde estás te ayuda a tener un conocimiento y unas posibilidades de comunicarte mejor con la gente de aquí», explica.