Las sanciones por actividades ilegales de alquiler de embarcaciones y barcos de recreo en el mar balear se han multiplicado por seis desde 2019. Durante el año precovid se incoaron 17 expedientes, mientras que en 2023 ya se alcanzaron los 109. Esto supone que el número de expedientes sancionadores ha sufrido un incremento del 541% en tan solo cinco años. En lo que va de 2024, ya se han levantado 44 actas.
Todas estas irregularidades son detectadas a través de las inspecciones que la conselleria del Mar y del Ciclo del Agua, en colaboración con la Dirección general de Puertos y Transporte Marítimo y la Guardia Civil, realiza anualmente como parte de su campaña de control de seguridad marítima. Su principal objetivo no es otro que buscar ilegalidades en el transporte de viajeros, vigilar las zonas de fondeo ilegales, controlar la recogida de personas en puntos no habilitados y realizar controles de documentación y permisos habilitantes de los patrones.