La situación no tiene nada que ver con la de marzo de 2020, pero las imágenes que está dejando son igual de sobrecogedoras. Esta semana, la psicosis que durante la pandemia terminó con el papel higiénico, ha vuelto a las estanterías de los supermercados mallorquines, en especial las de aceites, y a las estaciones de servicio de la isla. Los ciudadanos se dividen entre los que hacen aprovisionamiento por el miedo a la escasez, y los que tratan de no dejarse llevar por el pánico.