Después de meses de incertidumbre, Son Sant Joan ha cerrado una temporada alta en la que ha superado el tráfico que preveían los organismos internacionales. En los vuelos domésticos se alcanzó el 93 % de tiempos prepandemia. Ahora el aeropuerto sigue su plan de reformar la terminal, un proyecto que rechazan sectores sociales y de la izquierda soberanista.
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