Un mes después del inicio de curso toca revisar cómo se está aplicando la enseñanza semipresencial para los alumnos de Secundaria y Bachillerato. Y la respuesta es clara: con grandes diferencias de un centro a otro. Las familias denuncian desigualdad de oportunidades y el riesgo de que los alumnos se descuelguen fácilmente del ritmo escolar según el sistema elegido.