Un joven español de 20 años se ha quedado sin visado a Australia y con 2.000 euros de multa. La causa dos envases de jamón, chorizo, caña de lomo y queso que llevaba en su maleta y que no había declarado. El país es uno de los más restrictivos en cuanto a introducción de alimentos. Quiere blindar su biosfera a cualquier tipo de intromisión. Lo saben muy bien las empresas exportadoras y las que gestionan los viajes de estudiantes al país.