Japón vuelve a imponer el cierre casi total de sus fronteras ante la propagación de la nueva variante del virus ómicron. Junto a Israel, instaura uno de los controles fronterizos más estrictos desde el descubrimiento de esta nueva variante.Todo extranjero tendrá prohibida la entrada al país y aquellos nacionales que vengan de zonas de riesgo deberán pasar una cuarentena en instalaciones especificadas por el gobierno.Todavía no se ha detectado ningún caso en Japón, pero esta medida ha sido celebrada por sus ciudadanos en un país con una población muy envejecida.
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Crisis del coronavirus