Con una cámara sujeta a su cabeza, Nathalie nos enseña su trabajo diario con los enfermos de COVID en una clínica de Marsella. Los hospitales de la ciudad, como los de otras grandes urbes francesas, se encuentran al borde del colapso, La enfermera nos cuenta que el número de pacientes crece cada día. Que ahora están más preparados para ayudarlos que durante la primera ola del virus. Pero que psicológicamente es duro volver a vivir ese sobresfuerzo. Para el director del centro lo más difícil de aceptar no son las consecuencias de este segundo rebrote de contagios, sino que se haya producido porque la gente no cumple las normas; por ejemplo, la de llevar la mascarilla. El gobierno francés no contempla, de momento, un nuevo confinamiento nacional, aunque sí aumentar las restricciones en las zonas más afectadas por el virus.